La profesión de las personas tatuadoras es una de las más antiguas en el mundo. Aunque en la actualidad existen técnicas modernas a base de tecnología y máquinas, la técnica ancestral sigue vigente. Whang-Od es un admirable ejemplo de esto.

Nacida en 1917, Whang-Od ha tatuado desde los 15 años. Actualmente es la tatuadora más importante de la cultura en Filipinas, pues es considerada la última mambabatok. Es decir, maestra tatuadora tradicional de la tribu Kalinga. Su relevancia histórica y social la han convertido en una reconocida figura contemporánea, llegando a aparecer incluso en la portada de la revista Vogue.
La antigua y tradicional técnica usada por la tatuadora se denomina como batok, la cual consiste en la réplica de patrones de naturaleza a través de formas geométricas. Entre los materiales de trabajo utilizados están el carbón y las espinas de pomelo. Mediante martilleos manuales, Whang-Od realiza sus diseños únicamente a quienes considera dignos de portar uno de los tatuajes ancestrales.
La revolucionaria historia de Whang-Od
En la provincia de Kalinga, Filipinas, se han logrado conservar muchas de sus tradiciones ancestrales a pesar de la modernidad. Son conocidos como “Cazadores de Cabezas”. Los guerreros Butbut, los encargados de proteger al pueblo, eran quienes más portaban los tradicionales tatuajes batok. Aunque actualmente ya no existen estos peleadores, Whang-Od mantiene vivo el oficio de las mambatok.
Uniendo progreso con tradición, la tatuadora rompió paradigmas al ser la primera mujer mambabatok. Además, decidió que sus aprendices fueran mujeres en su totalidad. Desde que su padre, un maestro en el arte del batok, le enseñó cómo tatuar, Whang-Od ha realizado diseños en la piel de cazadores y mujeres pertenecientes a su pueblo. Aunque igualmente realiza trabajos para turistas, cabe destacar su carácter selectivo en estos casos.
Además de ser una importante preservadora de su cultura, la tatuadora también es de relevancia para la economía de su país. Esto se debe al alto nivel de turismo que genera el flujo de personas que viajan a Kalinga con la esperanza de ser tatuados por ella. Entre sus aprendices actuales se encuentra su nieta, por lo que los tatuajes batok no se perderán con los años. Sin embargo, la doctora en Antropología Social y Cultural Analyn Salvador-Amores advierte la pérdida de otras tradiciones mambabatok. Entre ellos, el canto, la adivinación y la interpretación de los tatuajes. Esto se debe a que no se enseñan sino a sucesores pertenecientes a la etnia.
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