Doce años de silencio musical pueden marcar el fin de una carrera. Pero en el caso de Belinda, significaron todo lo contrario. Con el lanzamiento de INDÓMITA, su nuevo álbum de estudio, la artista mexicana demuestra que sigue siendo una fuerza poderosa, inquebrantable y vigente. El título no es casual: es una declaración de independencia artística y emocional que genera intriga desde el primer track. ¿Qué impulsó este renacer creativo? ¿Y por qué este disco está dando tanto que hablar?

Publicado el pasado cinco de junio bajo Warner Music Group, INDÓMITA es el quinto disco de Belinda y posiblemente el más personal y arriesgado de su trayectoria. El concepto nació de una palabra que la cantante encontró en un libro: “indómita”, una figura que no se deja controlar. Esa idea fue el hilo conductor de un proceso de reconstrucción que la llevó a componer un álbum que explora su vulnerabilidad sin pedir disculpas, al tiempo que celebra su autonomía creativa.
El nuevo álbum incluye diecisiete canciones que fusionan géneros como pop, urbano, electropop, regional mexicano y corridos tumbados. Belinda adopta el alter ego “Beli Bélica” en los primeros nueve temas, donde colabora con Natanael Cano (“300 Noches”), Tito Double P (“La Cuadrada”) y Xavi (“Mírame Feliz”). Estos corridos coquette marcan su incursión formal en un estilo que históricamente ha estado dominado por hombres, y lo hace desde una óptica femenina, audaz y emocional.
Colaboraciones y lírica con perspectiva
En temas como “LA MALA”, Belinda responde al escrutinio mediático que enfrentó tras su ruptura con Christian Nodal. Lejos de victimizarse, se reapropia del discurso con fuerza y sarcasmo. En “Mírame Feliz”, junto a Xavi, canta sobre el duelo amoroso y el proceso de sanar desde una perspectiva femenina. “+ Perra + Bitch”, junto a Netón Vega, es un himno de empoderamiento sin filtros.
También destacan las colaboraciones internacionales, como “Never Not Love You” con Thirty Seconds to Mars, que demuestra la capacidad de INDÓMITA para romper fronteras de género musical y expandir la influencia de Belinda fuera del mercado latino.
Visualidad surrealista y mensaje feminista
La portada del álbum —donde Belinda aparece suspendida en el aire con arco y plumas— no es solo un despliegue estético. Es la imagen de una mujer que recupera el control sobre su narrativa, aludiendo a una guerrera sensible, fuerte, y finalmente libre. Todo el concepto visual refuerza el mensaje central: no hay empoderamiento sin autenticidad.
INDÓMITA no sólo marca el regreso de Belinda: redefine su posición dentro de la música latina. Este nuevo álbum se atreve a combinar vulnerabilidad y potencia, experimentación y raíz, colaboraciones estelares y lírica honesta. En tiempos donde muchas artistas enfrentan presiones por ajustarse a moldes, Belinda opta por romperlos. Y eso, en sí mismo, es un acto de resistencia.
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