¿Qué sucede cuando el deporte, que debería ser un espacio de superación y comunidad, se convierte en escenario de agresión y silencio? Un reciente estudio de ESPN ha revelado un dato escalofriante: el 66 por ciento de las atletas mexicanas ha sufrido violencia de género en el deporte, lo que pone sobre la mesa la urgencia de hablar de violencia de género en el deporte.

La violencia de género en el deporte parece ser un persistente problema ignorado por las autoridades pertinentes. El sondeo de la ESPN, realizado con 53 deportistas mexicanas —entre ellas futbolistas, olímpicas y paralímpicas— confirma lo que muchas han denunciado durante años: el sistema deportivo en México reproduce las mismas estructuras de poder y opresión que predominan en la sociedad.
Violencia física, verbal, acoso sexual, impunidad y hostigamiento digital forman parte del día a día de quienes deberían estar entrenando para ganar, no para sobrevivir.
Violencia de género en el deporte: cifras que no se pueden ignorar
Más allá del número, el informe de ESPN detalla cómo se manifiesta esta violencia en el deporte. El setenta por ciento de las atletas encuestadas ha sido acosada en redes sociales, mientras que otras han denunciado abuso de entrenadores o presión para intercambiar favores por participación. La situación se agrava por el desconocimiento: el 81 por ciento de las deportistas no sabe si su equipo o federación cuenta con protocolos para denunciar. Y, cuando sí existen, temen represalias.
Esta violencia no es aislada ni accidental. El deporte, como otros espacios públicos, refleja las mismas desigualdades de género y poder: lo que ocurre en la pista, en la cancha o en el vestidor es un espejo de lo que vivimos en la calle o en la casa.
¿Qué proponen las deportistas?
Frente a este panorama, las atletas no se han quedado calladas. Han exigido acciones concretas para frenar esta violencia:
- Profesionalización obligatoria para entrenadores, con enfoque en psicología, derechos humanos y género.
- Protocolos claros y sanciones reales en todas las federaciones deportivas.
- Asociaciones de atletas que garanticen apoyo legal y seguimiento a las denuncias.
Estas propuestas son un llamado urgente a transformar el deporte desde adentro, con justicia y equidad como ejes centrales.
La violencia en el deporte es una extensión de una problemática más amplia. Según el INEGI, 66,1 por ciento de las mujeres mexicanas mayores de quince años ha sido víctima de violencia. El dato de ESPN solo confirma que el deporte no está aislado, sino que también es campo de batalla. Mientras tanto, organismos como la CONADE han admitido fallas en los protocolos y han prometido trabajar en soluciones, aunque sin avances palpables. Desde el Congreso, hay exhortos para mejorar las condiciones, pero el cambio estructural sigue pendiente.
El deporte también debe ser un lugar seguro
El dato de que el 66 por ciento de las deportistas mexicanas ha sufrido violencia no puede quedar como una nota más. Es una alerta. La violencia de género en el deporte exige respuestas inmediatas, con políticas claras, educación institucional y rutas reales de acompañamiento. Porque hasta que el deporte sea seguro para todas, no será verdaderamente justo.
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