¿Cómo se sostiene el bienestar diario cuando el cuerpo ya no responde como antes? Esta es una de las preguntas más recurrentes entre quienes viven con esclerosis múltiple (EM), una enfermedad crónica, neurodegenerativa y mayoritariamente femenina. En este escenario, hablar de autocuidado para mujeres con EM no es un lujo, sino una necesidad urgente que requiere herramientas prácticas y una mirada con perspectiva de género.

En México, según datos de la Asociación Mexicana de Esclerosis Múltiple (AMEM), cerca del setenta por ciento de los casos diagnosticados son en mujeres, con un pico de inicio entre los veinte y cuarenta años. Además de los síntomas neurológicos como fatiga, espasticidad o pérdida de coordinación, muchas mujeres enfrentan dificultades añadidas relacionadas con la menstruación, el embarazo o la menopausia, lo cual impacta el tratamiento y los cuidados médicos.
Por ello, el autocuidado para mujeres con EM implica más que hábitos saludables; abarca el reconocimiento de estas condiciones específicas y la integración de prácticas físicas, emocionales y sociales adaptadas a cada etapa de la vida.
Estrategias de autocuidado para mujeres con EM
El enfoque del autocuidado debe ser integral. Aquí algunas recomendaciones basadas en evidencia y experiencias compartidas por profesionales y pacientes:
- Escucha activa del cuerpo. Las mujeres con EM deben aprender a identificar y respetar sus propios ritmos. La fatiga es uno de los síntomas más comunes. Crear rutinas con pausas, priorizar tareas y establecer límites claros con el entorno son acciones fundamentales.
- Alimentación consciente. Diversos estudios (como el publicado por el National Multiple Sclerosis Society) señalan que una dieta balanceada, rica en vegetales, ácidos grasos omega-3 y baja en alimentos ultraprocesados, puede mejorar la calidad de vida y reducir inflamaciones. Mariana Orozco, chef mexicana diagnosticada con EM, ha compartido en diversas plataformas cómo la nutrición fue clave para estabilizar su salud.
- Salud mental y redes de apoyo. La ansiedad y la depresión están presentes en muchas personas con EM. Acceder a apoyo psicológico y participar en grupos de mujeres con EM permite compartir experiencias, disminuir el aislamiento y fortalecer la autonomía emocional.
- Movimiento adaptado. El ejercicio moderado y guiado —como yoga, pilates o caminatas— ayuda a conservar la movilidad y reducir el estrés. Es importante evitar el sobreesfuerzo y ajustar la actividad a los síntomas del día.
Una mirada feminista al autocuidado
Los cuidados para mujeres con EM deben abordarse desde la interseccionalidad: muchas son también madres, trabajadoras o cuidadoras, y viven en contextos con acceso desigual a la salud. El autocuidado no es individualista, sino una forma de resistencia frente a un sistema que no siempre ve ni escucha a las mujeres con discapacidad.
El autocuidado en pacientes de esclerosis múltiple, especialmente mujeres, es también un acto político. Reivindicar el autocuidado para mujeres con EM no es solo una medida de bienestar personal, sino una herramienta para exigir condiciones de vida dignas, visibilidad y políticas públicas que respondan a sus necesidades. Porque cuidarse también es luchar.
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