¿Es suficiente que las mujeres aparezcan en las boletas para garantizar su participación política real? La cuota de género fue diseñada para equilibrar la representación entre hombres y mujeres en cargos públicos. Pero en México, aún enfrentamos desafíos que van desde simulaciones partidistas hasta violencia política. Comprender qué se necesita para que esta medida funcione realmente es clave para lograr una democracia más justa y representativa.

La cuota de género en México ha permitido avances notables. Desde la reforma constitucional de 2019 que estableció la paridad en todo —paridad vertical, horizontal y transversal— el país ha logrado que las mujeres ocupen el cincuenta por ciento de las curules en la Cámara de Diputados y el Senado. Sin embargo, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha identificado prácticas como el uso de juanitas (mujeres que renuncian para ceder su lugar a hombres) o candidaturas en distritos con baja probabilidad de ganar.
Estos obstáculos reflejan que la paridad numérica no garantiza, por sí sola, la equidad electoral. Las mujeres siguen enfrentando techos de cristal, piso pegajoso y violencia política por razones de género, especialmente en contextos locales o indígenas.
¿Cómo hacer efectiva la cuota de género?
Para que la cuota funcione más allá del número, es necesario transformarla en condiciones reales de acceso, permanencia y liderazgo. Esto implica medidas estructurales como:
- Fortalecer la fiscalización y sanción de partidos que simulan la paridad.
- Asegurar formación política con enfoque de género para candidatas.
- Implementar protocolos efectivos contra la violencia política.
- Garantizar recursos equitativos en campañas para mujeres y hombres.
De acuerdo con el Observatorio de Participación Política de las Mujeres en México de 2024, más del sesenta por ciento de las mujeres candidatas reportaron haber enfrentado algún tipo de agresión durante los procesos electorales, desde amenazas hasta difamación digital. Esto no solo inhibe la participación, también socava la democracia.
Paridad sustantiva: más que números
La equidad electoral implica cambiar las reglas, pero también la cultura política. Las mujeres no deben ser vistas como cuotas a llenar, sino como liderazgos necesarios en la toma de decisiones. Para eso, se necesita un entorno donde puedan ejercer su voz sin temor, con respaldo institucional y social. Iniciativas como la paridad en gubernaturas —vigente para las elecciones federales de 2024, según el TEPJF— son pasos importantes, pero deben ir acompañadas de cambios en los partidos, el financiamiento y los medios.
La cuota de género es solo el punto de partida. Para que su implementación sea efectiva, se requiere una voluntad política real y una ciudadanía que vigile su cumplimiento. La representación paritaria debe traducirse en políticas públicas que respondan a las necesidades de todas las personas, especialmente de aquellas históricamente excluidas. Porque no basta con estar: también hay que decidir, liderar y transformar.
Sigue leyendo:
| Alfabetización digital y brecha tecnológica en mujeres rurales y mayores en México
| Autonomía corporal: cuerpo como territorio, placer y resistencia en México