¿Qué lleva a una mujer a dedicar su vida a transformar un sistema de justicia que históricamente ha ignorado a las mujeres indígenas? Fátima Gamboa, abogada y activista maya, ha recorrido un camino donde el derecho, la identidad y el feminismo se entrelazan para abrir paso a una justicia más equitativa y plural. Con una trayectoria marcada por el compromiso social, hoy es una figura clave en el impulso de políticas con perspectiva de género e interculturalidad en México.

Fátima Gamboa es una abogada originaria de Yucatán, perteneciente al pueblo maya. Estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Yucatán y cursó una maestría en Derechos Humanos en la Universidad Iberoamericana. Más tarde, se especializó en Derechos de los Pueblos Indígenas y Cooperación Internacional en la Universidad Carlos III de Madrid.
Desde sus inicios, Fátima se ha distinguido como una activista feminista comprometida con las causas de las mujeres indígenas. En 2014, participó como becaria en la quincuagésima octava sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU. Hoy, dirige Equis Justicia para las Mujeres, una organización desde la que ha impulsado cambios sustanciales, como la reforma que garantiza el acceso público a todas las sentencias judiciales en México.
Fátima Gamboa y su visión de justicia intercultural
En su papel como activista maya, Fátima ha promovido una justicia que incluya no solo una perspectiva de género, sino también una visión intercultural. Su trabajo ha sido esencial para que el sistema legal mexicano reconozca las múltiples formas de violencia que enfrentan las mujeres indígenas, así como las barreras estructurales que les impiden acceder a la justicia.
En marzo de 2025, firmó un convenio clave con promotoras y promotores de justicia maya de Yucatán y la Secretaría de las Mujeres, con el objetivo de generar compromisos concretos para mejorar el acceso a la justicia en comunidades originarias.
Colectivo, incidencia y reconocimiento
Fátima también es fundadora del Colectivo Ma’alob Kuxtal, que brinda acompañamiento a mujeres mayas víctimas de violencia. Forma parte de redes de abogadas indígenas tanto en México como a nivel internacional, y ha sido reconocida con el Premio Presbítero Jorge Antonio Laviada Molina por su defensa de los derechos de los pueblos originarios y de las mujeres.
Su lema en Equis Justicia, “Encontrarnos feministas en las justicias de otras”, refleja su apuesta por una transformación colectiva basada en el respeto a las diferencias culturales.
Una voz necesaria en el sistema judicial mexicano
Fátima, como activista feminista y defensora de los derechos humanos, ha señalado con firmeza que el sistema judicial mexicano debe reformarse para dejar de criminalizar la autodefensa, incorporar perspectiva antirracista y garantizar mecanismos reales de protección.
El trabajo de Fátima Gamboa no solo representa una trayectoria profesional destacada. Es un llamado urgente a mirar el derecho desde otras raíces y realidades. Como activista maya, su lucha no es individual: es el reflejo de una comunidad que exige respeto, justicia y dignidad.
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