¿Cómo llega una mujer mexicana a lo más alto del podio en un deporte poco visible como el remo? El nombre de Kenia Lechuga responde con hechos. Su reciente triunfo en la Copa del Mundo celebrada en Varese, Italia, marca un hito deportivo para México. Además de que simboliza una conquista feminista en disciplinas dominadas históricamente por hombres.

Con un tiempo de 7:34.51 minutos, Kenia Lechuga ganó su primera medalla de oro en el circuito World Rowing Cup. Lo hizo en la categoría de scull individual ligero, compitiendo con la fuerza de casi dos décadas de experiencia y una historia de perseverancia que representa mucho más que una victoria: representa visibilidad y reconocimiento para las mujeres en el deporte.
De los Juegos Olímpicos a Varese: el recorrido de Kenia Lechuga
Kenia, la atleta originaria de Monterrey, ha sido parte de tres Juegos Olímpicos: Río 2016, Tokio 2020 y París 2024. En Río, obtuvo el décimo segundo lugar en la categoría individual, pero su trayectoria no se detuvo ahí. En 2019, ganó oro en los Juegos Panamericanos, y en 2023 se convirtió en la primera remera mexicana en obtener medalla en un Mundial de Remo, llevándose la plata.
Su victoria en Varese es más que un nuevo logro: es el mejor resultado de su carrera internacional, resultado de un proceso de 19 años en el alto rendimiento, enfrentando obstáculos estructurales que muchas mujeres deportistas conocen bien: falta de recursos, visibilidad y apoyo institucional.
Kenia Lechuga y el oro que cambió la narrativa del remo en México
En las semifinales del LW1x, Kenia cronometró 7:41.39 minutos, clasificando primera en su heat. En la final, dominó desde el inicio, con técnica firme y ritmo constante. Su mensaje tras la carrera fue simple, pero poderoso: “Estoy muy emocionada… pensé en mi familia y mis amigos”. No es solo una victoria técnica; es una declaración política: las mujeres mexicanas pueden y deben ocupar los primeros lugares del podio deportivo mundial.
La remera mexicana es, hoy, una referente. No solo por lo que ha logrado en el agua, sino por lo que representa fuera de ella: profesionalismo, constancia y orgullo nacional. Su ejemplo inspira a nuevas generaciones de niñas y jóvenes que hoy saben que hay espacio para ellas también en deportes como el remo.
Un legado que rema hacia el futuro
Este oro es más que una medalla. Es un impulso para la atleta y para el deporte femenil en México. Kenia no sólo hizo historia: cambió la historia. Su nombre se une al de mujeres que, con esfuerzo sostenido, están ampliando las fronteras del reconocimiento femenino en todos los ámbitos. Y su travesía apenas comienza.
La remera mexicana, nos recuerda que el verdadero poder está en remar contra la corriente… y ganar.
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