Llamarse Olimpia, el poderoso documental dirigido por Indira Cato, acaba de ganar el Premio Mezcal en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) 2025. Este galardón no solo reconoce la calidad de una producción cinematográfica, sino también el valor de visibilizar luchas urgentes como la violencia digital hacia las mujeres.

«Llamarse Olimpia» narra la historia de Olimpia Coral Melo, activista y creadora de la Ley Olimpia, legislación pionera en México contra la violencia digital. La trama profundiza en cómo la difusión no consentida de un video íntimo se convirtió en el detonante de una lucha personal y colectiva, que hoy ha transformado la legislación en múltiples estados del país.
A través de una narrativa íntima y potente, el documental expone las secuelas emocionales de la violencia digital, pero también muestra el coraje de quienes la enfrentan. La dirección de Indira Cato, hija de Gabriel García Márquez y cineasta emergente, ofrece una mirada feminista, consciente y profundamente comprometida con la realidad.
“Llamarse Olimpia” gana el Premio Mezcal
El pasado 15 de junio, durante la clausura del FICG 40 en Zapopan, Jalisco, el documental de Olimpia Coral fue reconocido como el mejor largometraje mexicano con el Premio Mezcal. El jurado, presidido por la actriz Ilse Salas, destacó que el filme “humaniza a Olimpia Coral Melo” y logra visibilizar una lucha que continúa siendo relevante y urgente.
La edición 2025 del festival proyectó más de 170 películas y reunió a casi 30 mil asistentes. Entre tantas propuestas, el documental dirigido por Cato destacó por su calidad narrativa y su potencia social. En su discurso de agradecimiento, la directora subrayó que esta es una película “hecha por mujeres”, con la misión de “incomodar y hablar más fuerte” frente a la violencia estructural.
El cine como herramienta de cambio
Más allá del reconocimiento cinematográfico, el triunfo representa un avance importante en la construcción de un espacio digital seguro para las mujeres. El documental no solo informa: moviliza, educa y despierta conciencia. Es un ejemplo contundente de cómo el arte puede ser un aliado en las luchas feministas contemporáneas.
Al proyectar una historia basada en hechos reales, el largometraje se convierte en una herramienta política que interpela al espectador y abre preguntas urgentes sobre justicia, consentimiento y reparación.
Un documental necesario para nuestro tiempo
“Llamarse Olimpia» no solo conquistó al jurado del FICG, sino que se posiciona como una pieza clave en el cine documental contemporáneo. Su fuerza radica en mostrar que cada mujer tiene derecho a vivir en paz, también en el espacio digital.
En un país donde la violencia de género adopta múltiples formas, el documental recuerda que la resistencia es posible, y que nombrarse —como lo hizo Olimpia— también es una forma de dignidad.
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