¿Cómo se construye una trayectoria artística que rompe moldes, desafía tecnologías y pone el foco en la justicia social desde una perspectiva feminista? La respuesta tiene nombre propio: Marisa González. Esta pionera del arte electrónico en España vuelve a estar en el centro de la conversación cultural con su exposición «Un modo de hacer generativo», que se presenta en el Museo Reina Sofía de Madrid hasta el 22 de septiembre de 2025.

El interés creciente por la obra de Marisa González no es casualidad. La artista ha sabido integrar innovación técnica con una profunda mirada crítica sobre temas como la violencia de género, la maternidad o la explotación laboral. Su trabajo no solo se observa; interpela, cuestiona y transforma.
Marisa González y su legado como artista contemporánea
Desde los años 70, Marisa ha trabajado con tecnologías emergentes que transformaron las posibilidades del arte visual: fotocopiadoras, faxes, ordenadores y termofaxes fueron herramientas de creación cuando el mundo del arte aún no las consideraba legítimas. Su enfoque es generativo: combina técnicas, materiales y formatos para construir un lenguaje propio, alejado del espectáculo y comprometido con lo político.
Formada en el Conservatorio de Bilbao, la Universidad Complutense de Madrid y el Art Institute de Chicago —donde fue discípula de Sonia Sheridan—, González consolidó un enfoque experimental centrado en los sistemas generativos. Durante su estancia en la Corcoran School of Art en Washington D.C., desarrolló Violencia Mujer, un proyecto feminista precursor que sigue teniendo eco en la actualidad.
Una exposición que conecta pasado, presente y futuro
Un modo de hacer generativo no es solo una exposición retrospectiva. Es una invitación a entender el arte como herramienta de resistencia, análisis y memoria colectiva. En ella se exhiben obras clave como Ellas, filipinas, un registro documental sobre mujeres migrantes en Hong Kong, y La Fábrica, que retrata el desmantelamiento industrial español desde una mirada crítica con enfoque de género.
La muestra también destaca el compromiso de la artista con la ecología, el trabajo doméstico y las representaciones del cuerpo. A través de instalaciones, archivos y piezas multimedia, González despliega una visión interseccional donde el arte se convierte en archivo vivo y testimonio político.
Más que arte: activismo y sororidad
Más allá de su obra visual, Marisa González ha sido una defensora incansable de los derechos de las mujeres en el ámbito cultural. Participa activamente en redes como Mujeres en las Artes Visuales (MAV) y ha impulsado la visibilidad de creadoras en entornos digitales y académicos, abriendo camino para nuevas generaciones de mujeres artistas.
Su reciente reconocimiento con el Premio Velázquez de Artes Plásticas 2023 refuerza la importancia de su legado. Un legado que se mantiene vivo, actualizado y necesario. La exposición en el Reina Sofía es una oportunidad única para acercarse a la obra de Marisa, artista contemporánea imprescindible, cuya práctica sigue desafiando los límites de lo posible desde el arte y el feminismo.
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