¿Por qué, si las mujeres son mayoría en la docencia en México, siguen ganando menos que sus colegas hombres? En un país donde el 63.7 por ciento del personal docente está compuesto por mujeres, los datos revelan una dura realidad: la brecha de género en la enseñanza persiste, se amplía con el nivel educativo y sigue siendo una deuda pendiente en términos de justicia laboral y equidad.

Como en muchos otros sectores, la brecha de género en la enseñanza sigue siendo una realidad en México.Según el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), en 2025 las maestras en México ganan en promedio 2,992.2 pesos menos que los maestros, lo que equivale a una brecha salarial en la enseñanza del 18.3 por ciento.
Este dato no solo refleja una diferencia numérica: habla de un patrón estructural donde el trabajo de las mujeres sigue siendo menos valorado, incluso en un sector históricamente feminizado como la educación.
A mayor nivel educativo, mayor desigualdad
La brecha en la educación no es uniforme. Mientras que en el nivel preescolar las diferencias salariales entre maestras y maestros son mínimas, en primaria se amplía al 9.6 por ciento, en secundaria al 11 por ciento, en media superior al 12.4 por ciento y en educación superior alcanza un preocupante 18.8 por ciento. Es decir, cuanto mayor es el nivel de formación, mayor es la desigualdad salarial entre hombres y mujeres docentes.
Esta tendencia evidencia que el acceso a mejores puestos y sueldos en la enseñanza no depende solo de la preparación o la experiencia, sino también del género.
Brecha de género en la enseñanza privada
En escuelas privadas, la situación es similar. Las maestras ganan en promedio 10,975.9 pesos al mes, mientras que los maestros reciben 13,394.3 pesos, lo que representa una brecha de género del 18.1 por ciento. Esto confirma que el problema va más allá del sector público y se instala como una constante en el mercado laboral educativo.
Hablar de la brecha de género en la enseñanza no es solo hablar de dinero. Es visibilizar cómo se perpetúan desigualdades que afectan directamente la calidad de vida de millones de mujeres. Es reconocer que, aunque existen políticas de igualdad salarial, los cambios estructurales siguen siendo lentos y muchas veces insuficientes.
Cerrar la brecha, una tarea urgente
El reconocimiento al trabajo docente no puede limitarse a discursos cada 15 de mayo. Se necesitan medidas efectivas y sostenidas para erradicar la brecha salarial en la enseñanza, garantizar condiciones laborales equitativas y construir una educación verdaderamente justa y libre de discriminación.
Porque ser maestra en México es, muchas veces, enseñar con menos salario, con menos reconocimiento y con más exigencias. Y eso, en pleno 2025, ya no puede ser normalizado. La pregunta que queda abierta es: ¿qué se necesita para que la igualdad sea una realidad en las aulas?
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