En la actualidad, las mujeres conforman una parte importante del estudiantado en educación universitaria e incluso, en ciertos campos, superan en número a los hombres. Pero aún existen desigualdades en el acceso a carreras relacionadas con Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM).

En México, la educación universitaria es un derecho constitucional. Sin embargo, únicamente 62% de la población cuenta con un título profesional. Además, de acuerdo al INEGI, tan sólo 8 de cada 100 estudiantes que ingresan a una carrera universitaria logran terminar.
En los últimos años, la presencia femenina en la formación universitaria ha incrementado. En 2023 se registró que había 2% más mujeres que hombres en las aulas. Posteriormente, el crecimiento anual de la cifra de mujeres en carreras universitarias ha sido de 14%. De acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) las carreras profesionales con mayor índice de estudiantes mujeres son: formación docente, trabajo social, nutrición, enfermería, administración y psicología.
Mientras tanto, la presencia femenina sigue siendo baja en la formación profesional relacionada con carreras STEM. La ingeniería, las ciencias computacionales, el desarrollo de software y carreras afines siguen teniendo dominación de presencia masculina. Tomando en cuenta que éstas son las carreras con mayor remuneración, esto representa un problema en cuanto a brecha de género.
Factores que dificultan la equidad en la educación universitaria en México
Como menciona Raquel Sánchez, COO de Hackademy, un factor que disuade a las mujeres de ingresar a la formación profesional en carreras STEM suele ser la propia academia. Es decir, muchas veces los docentes y orientadores preguntan a las mujeres si están seguras de querer estudiar una carrera de ingeniería, ciencias o matemáticas. Su insistencia y actitud condescendiente resulta en un factor que desaliente a las aspirantes, contribuyendo a la brecha de género en estas carreras.
Otro factor que contribuye a la falta de presencia femenina en la educación universitaria son los roles de género. Este fenómeno social obliga a las jóvenes mujeres a enfocarse en trabajos domésticos, obstaculizando o impidiendo su crecimiento y formación profesional. De acuerdo con cifras presentadas por el Instituto Nacional de las Mujeres, 11.2 por ciento de las adolescentes y niñas de 12 años o más se dedican a las labores domésticas. Además, se calcula que más del 14 por ciento de las mujeres menores de 20 años son madres.
Actualmente en México existen muchos apoyos gubernamentales que apoyan a las mujeres para continuar su desarrollo profesional. Por ejemplo, la Tarjeta Violeta brinda apoyo económico a jefas de familia. Además, la Beca Rita Cetina, al apoyar a estudiantes de secundaria, representa un alivio para jóvenes madres. En conjunto, estas iniciativas contribuyen a facilitar el acceso para las mujeres a la formación universitaria.
Sigue leyendo: