Si bien es cierto que la lucha antipatriarcal une a las mujeres, también es innegable el hecho de la diferencia de realidades. El movimiento feminista interseccional debe considerar las necesidades de las más vulneradas en nuestro tiempo. Por ejemplo, las mujeres indígenas enfrentan más obstáculos al momento de exigir justicia.

Las mujeres indígenas que enfrentan violencia de género se topan con múltiples obstáculos al buscar justicia. La discriminación institucional, la falta de sensibilidad intercultural y las barreras lingüísticas son algunas de las principales razones que dificultan el ejercicio pleno de sus derechos.
Uno de los mayores problemas radica en la discriminación dentro del sistema judicial. Muchas veces, sus denuncias son ignoradas o minimizadas, perpetuando así la impunidad y la revictimización. La falta de un enfoque intercultural en los operadores de justicia agrava la situación, ya que impide comprender las particularidades que viven estas comunidades. Sin este entendimiento, es imposible ofrecer una respuesta adecuada y efectiva.
El idioma también se convierte en un obstáculo. Muchas mujeres indígenas hablan principalmente su lengua originaria, mientras que los procesos judiciales se desarrollan en el idioma oficial del país. Sin intérpretes ni traductores suficientes, la posibilidad de relatar su situación, presentar pruebas y defenderse se ve gravemente limitada.
Otro factor que desincentiva la denuncia es la desconfianza en las instituciones. La marginación histórica de los pueblos indígenas ha dejado una profunda huella, generando temor a represalias o al desinterés de las autoridades. En muchos casos, la falta de medidas de protección tras denunciar a sus agresores hace que las víctimas prefieran guardar silencio antes que exponerse a un peligro aún mayor.
Las propias normas comunitarias pueden ser un impedimento. En algunas regiones, la justicia tradicional prioriza la conciliación y la armonía social sobre la sanción a los agresores, lo que da lugar a acuerdos informales que no siempre garantizan la seguridad de las víctimas. Además, el miedo a la estigmatización y la presión social pueden hacer que muchas mujeres opten por callar.
A pesar de los desafíos, se han logrado avances en la lucha por los derechos de las mujeres indígenas. La creación de juzgados con enfoque intercultural y los programas de capacitación para operadores de justicia han permitido una mejor atención a sus necesidades. Asimismo, se han establecido mecanismos específicos para su protección y bienestar.
Avances y retos futuros por las mujeres indígenas
El gobierno ha puesto en marcha diversas iniciativas para apoyar a las mujeres indígenas en situación de vulnerabilidad. Entre ellas, programas de apoyo económico que fortalecen su independencia financiera y su acceso a recursos básicos. También se han implementado estrategias educativas y de capacitación, promoviendo la enseñanza de lenguas indígenas como el náhuatl en distintos niveles escolares, con el objetivo de preservar la identidad cultural y mejorar la comunicación en espacios institucionales.
Además, se han establecido centros de atención especializados para mujeres indígenas víctimas de violencia. En estos espacios, las mujeres pueden recibir asesoramiento jurídico, psicológico y social, con personal capacitado en enfoques interculturales y la presencia de traductores para garantizar una atención adecuada. De la misma manera, el gobierno ha impulsado campañas de sensibilización en comunidades indígenas para prevenir la violencia de género y fomentar la denuncia de estos actos.
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