Las marcas internacionales de fast fashion han utilizado diseños pertenecientes a artesanas indígenas y lucrado con ellos. Este problema, conocido como apropiación cultural, no sólo les quita el crédito y reconocimiento. También las afecta de forma negativa económicamente.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha anunciado una estrategia integral para combatir la apropiación cultural de los diseños de las comunidades indígenas. Especialmente por parte de marcas internacionales de fast fashion. Esta iniciativa surge como respuesta a la creciente preocupación por el uso indebido de patrones y técnicas tradicionales mexicanas por parte de diversas empresas, que se apropian de estos elementos culturales sin otorgar el debido reconocimiento ni compensación económica a las comunidades indígenas que los crearon.
Esta problemática afecta directamente a los artesanos y creadores mexicanos, quienes ven cómo su patrimonio cultural es explotado con fines comerciales sin recibir beneficio alguno. La apropiación cultural no solo representa una pérdida económica para las comunidades indígenas, sino que también socava su identidad y su legado ancestral.
¿En qué consiste la estrategia contra la apropiación cultural?
El gobierno, en conjunto con la Secretaría de Cultura y el IMPI, implementará un programa de apoyo a artesanas indígenas. Dicho programa se centrará en mejorar las redes de comercio, proporcionar créditos y reformar el Fonart para asegurarla justicia en el comercio. El objetivo es que las artesanías, principalmente elaboradas por mujeres indígenas, se distribuyan a nivel nacional e internacional a precios justos y sin intermediarios abusivos.
Además, se tiene previsto expandir los mercados de venta directa. La presidenta destacó que el espacio de exhibición y venta en Los Pinos, «La Casa del Pueblo», se replicará en diversas ciudades. Así, las artesanas indígenas podrán comercializar sus productos de manera justa, eliminando intermediarios.
La estrategia incluye protección legal a los diseños tradicionales. Esta parte consiste en hacer que las marcas se vean obligadas a solicitar autorización y pagar regalías a las comunidades indígenas responsables de los diseños. Este mecanismo pretende garantizar que los pueblos originarios reciban el reconocimiento y la compensación que merecen por su legado cultural.
Con esta iniciativa, el gobierno de Sheinbaum tiene como objetivo combatir el plagio de los diseños mexicanos. De esta manera, se reivindica el papel dentro de la cultura de los y las artesanas indígenas. Además de que se les otorgará el respeto y reconocimiento que merecen.
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