El 17 de marzo de 2025, México dio un paso histórico en la defensa de su identidad nacional. La presidenta Claudia Sheinbaum firmó un decreto que reforma los artículos 4 y 27 de la Constitución para prohibir la siembra de maíz genéticamente modificado y garantizar la protección del maíz nativo.

El maíz es más que un cultivo: es la base de la soberanía alimentaria de México y un símbolo de su cultura. Con esta reforma, se reconoce oficialmente como un elemento clave de la identidad nacional, asegurando su cultivo libre de modificaciones transgénicas. Esto protege tanto a la biodiversidad como a las comunidades campesinas que dependen de su siembra tradicional.
Esta medida es fundamental para preservar las variedades nativas de maíz, que se han cultivado durante siglos y se han adaptado a las diversas condiciones climáticas y geográficas de México. Estas variedades no solo son una fuente vital de alimentos, sino que también son un reservorio de diversidad genética que es esencial para la seguridad alimentaria a largo plazo.
Además, la reforma también es una victoria para los pequeños agricultores y las comunidades indígenas, que han sido los guardianes del maíz nativo durante generaciones. Al prohibir el cultivo de maíz transgénico, la reforma protege a estos agricultores de la competencia desleal de las grandes empresas agroindustriales y les permite continuar con sus prácticas agrícolas tradicionales.
Beneficios para las comunidades campesinas
Los campesinos han sido los guardianes del maíz nativo por generaciones. Este decreto fortalece su rol al:
- Evitar la contaminación genética, garantizando que las semillas tradicionales no sean desplazadas por variedades modificadas.
- Reforzar el manejo agroecológico, promoviendo técnicas sustentables que protegen los ecosistemas.
- Proteger la economía rural, al evitar la dependencia de semillas patentadas por corporaciones extranjeras.
El maíz transgénico representa un riesgo para la biodiversidad del país, ya que puede alterar las variedades nativas adaptadas a diferentes climas y suelos. La reforma constitucional asegura que México mantenga su diversidad de semillas y refuerza su soberanía alimentaria al priorizar el autoconsumo y la producción local.
La implementación de la reforma
El decreto se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 17 de marzo y entrará en vigor el 18 de marzo de 2025. Con esta medida, el gobierno reafirma su compromiso con la protección del patrimonio biocultural y la salud de la población.
La presidenta Sheinbaum lo resumió en una frase: «Ahora sí podemos decir: sin maíz, no hay país.» Este decreto no solo salvaguarda un cultivo, sino que protege la historia, el presente y el futuro del campo mexicano.Con esta reforma, México reafirma su identidad nacional y asegura que su maíz nativo siga siendo la base de su alimentación y cultura por generaciones. ¿Cómo se adaptarán las comunidades campesinas a este cambio y qué nuevas oportunidades surgirán para el campo mexicano? El tiempo lo dirá, pero la protección del maíz ya es una realidad.
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