¿Realmente necesitas lo que ves en redes sociales? Cada vez que abres Instagram o TikTok, te bombardean con imágenes de cuerpos «perfectos», estilos de vida ideales y productos que prometen transformar tu apariencia. Pero, ¿hasta qué punto estas compras responden a una necesidad real o son el resultado de inseguridades creadas por las propias redes sociales? Te contamos sobre el consumismo fomentado por las falsas necesidades.

Las redes sociales traen consigo un riesgo de caer en el consumismo. Un estudio del Instituto de las Mujeres reveló que el 83% de las mujeres jóvenes reconoce que estas plataformas influyen en su imagen, estilo de vida y decisiones de compra. Esto no es casualidad: los algoritmos detectan nuestros miedos e inseguridades y nos muestran anuncios diseñados para hacernos sentir que necesitamos cambiar algo de nosotras mismas.
Además, el 72% de las mujeres ha recibido publicidad sobre operaciones estéticas, reforzando la idea de que no somos lo suficientemente buenas tal como somos. Así, el consumismo en redes no solo vende productos, sino también expectativas inalcanzables.
Las falsas necesidades y la insatisfacción constante
Las imágenes retocadas y filtradas de influencers generan un estándar de belleza poco realista. Cuando vemos constantemente estos cuerpos y rostros «perfectos», surge la sensación de que necesitamos maquillaje, ropa, dietas o procedimientos para parecernos a ellos. Pero estas falsas necesidades solo generan una insatisfacción constante: siempre hay algo más que mejorar.
Un estudio de la Universidad Pompeu Fabra y la Universitat Oberta de Catalunya demostró que estas plataformas afectan más el bienestar psicológico de las mujeres que el de los hombres, porque refuerzan la presión estética y la validación externa como ejes de valor personal.
Expectativas irreales y su impacto en la autoestima
Las redes sociales no solo refuerzan el consumismo a través de la imagen corporal, sino también mediante la imposición de roles de género tradicionales. Mientras a los hombres se les asocia con éxito y liderazgo, a las mujeres se les bombardea con productos de belleza, moda y autocuidado. Esto perpetúa la idea de que el valor femenino depende de la apariencia, limitando aspiraciones y oportunidades.
¿Cómo romper con el ciclo del consumismo y las falsas inseguridades?
Para reducir la influencia de las redes en nuestras decisiones de consumo, es clave:
- Seguir cuentas que promuevan una imagen corporal diversa y realista.
- Desarrollar pensamiento crítico frente a la publicidad y los estándares de belleza.
- Recordar que la autoestima no debería depender de validaciones externas.
- Regular el tiempo de exposición a redes sociales
Las redes sociales pueden ser una herramienta de inspiración, pero también un arma de manipulación. La próxima vez que te encuentres queriendo comprar algo impulsivamente, pregúntate: ¿lo quiero realmente o es solo una inseguridad creada por el algoritmo?
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