¿Sabías que, aunque las mujeres representan casi la mitad de la fuerza laboral en México, solo ocupan el 13 por ciento de los puestos administrativos en consejos de empresas? Esta cifra no solo es alarmante: es el reflejo de una estructura que sigue reproduciendo desigualdades. Pero, ¿por qué esta brecha persiste? ¿Y qué podemos hacer para cambiarla? Quédate hasta el final: entender los desafíos es el primer paso para transformarlos.

En el mundo corporativo, los puestos administrativos representan una de las áreas de mayor toma de decisiones y visibilidad dentro de las empresas. Sin embargo, el acceso a estos espacios sigue siendo desigual cuando se trata de mujeres. A pesar de los avances legislativos y del discurso empresarial sobre equidad, las cifras muestran una realidad distinta: la presencia femenina en estos cargos sigue siendo mínima, revelando un problema estructural profundo que impide su participación en condiciones de igualdad.
En México, el 43 por ciento de la fuerza laboral está conformada por mujeres. Sin embargo, su participación disminuye a medida que se escala en la jerarquía empresarial: sólo el 23 por ciento llega a direcciones jurídicas, 11 por ciento a financieras y apenas un 3 por ciento a puestos de dirección general. Esto evidencia que no es falta de talento, sino barreras estructurales las que limitan el acceso a puestos administrativos y de liderazgo.
¿Qué está fallando?
- Políticas de inclusión insuficientes. Aunque muchas empresas afirman promover la equidad, solo la mitad tiene políticas claras de inclusión, y apenas el 13 por ciento presenta informes que abordan estos temas. Sin transparencia ni métricas, los avances reales son casi imposibles.
- Estereotipos de género. Persiste la creencia de que los puestos de liderazgo requieren características “masculinas” como firmeza o frialdad. Estos sesgos invisibles excluyen a muchas mujeres con habilidades clave para dirigir con eficacia.
- La doble o triple jornada. Las mujeres dedican más de tres veces el tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. Esta carga limita su disponibilidad para roles que demandan alta responsabilidad o jornadas extendidas.
- Consejos estancados. Los consejos de administración rara vez se renuevan. Cuando se diversifican, lo hacen sumando nuevos puestos en lugar de rotar los existentes. Esto no genera un cambio real en la cultura corporativa ni en la distribución del poder.
¿Cómo avanzar hacia la equidad en puestos administrativos?
Lograr que haya más mujeres en puestos de mando no es solo un tema de justicia, también de eficiencia organizacional. Para ello es crucial:
- Implementar políticas de inclusión con metas medibles.
- Establecer programas de mentoría para mujeres.
- Fomentar la corresponsabilidad en tareas domésticas.
- Rotar los puestos de consejo para abrir espacio a nuevas voces.
Si no se acelera el cambio, la paridad en puestos administrativos no se alcanzará hasta dentro de casi tres décadas. Pero si entendemos las causas, podemos exigir y construir soluciones desde hoy. Porque ningún sistema que excluye al 50% de su talento puede aspirar a ser justo ni competitivo.
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