¿Y si leer también fuera una forma de sanar? La biblioterapia, también conocida como terapia de lectura, ha sido utilizada históricamente como una herramienta para acompañar procesos emocionales. Sin embargo, desde una perspectiva feminista, esta práctica cobra un nuevo sentido: leer para resistir, reconstruirse y reapropiarse del cuerpo y la voz. Este artículo explora cómo la terapia de libros puede ser una vía de sanación con lectura para mujeres atravesadas por violencias, desigualdades o procesos de transformación personal.

La biblioterapia, definida como el uso guiado de la literatura con fines terapéuticos y de crecimiento personal, ha evolucionado desde sus humildes comienzos en las bibliotecas hospitalarias de la Primera Guerra Mundial hasta convertirse en una práctica extendida en diversos ámbitos, como el clínico, el educativo y el comunitario.
Los beneficios de la biblioterapia son múltiples y abarcan desde la reducción de la ansiedad y el estrés hasta el fomento de la empatía y la mejora de las habilidades de comunicación. Además, puede ser una herramienta eficaz para abordar problemas específicos, como la depresión, el duelo, los traumas y las dificultades en las relaciones interpersonales.
Un enfoque feminista: la lectura como acto de reapropiación
Desde una perspectiva feminista, la terapia de lectura no solo busca bienestar individual, sino también conciencia colectiva. Leer a otras mujeres permite reconocerse, entender la raíz de las violencias y tejer redes simbólicas de apoyo. Como señala la escritora y terapeuta Carmen Alborch, «leer nos libera porque nos conecta con otras formas de vivir y resistir» (1999).
La literatura escrita por mujeres, especialmente desde el feminismo, se convierte en recurso clave en procesos de sanación con lectura. Por ejemplo, “Mujer en punto cero» de Nawal El Saadawi o “Yo soy Malala de Malala Yousafzai” han sido usados en talleres de terapia de libros en contextos de violencia de género, según la Red de Biblioterapia para Mujeres en España.
¿Cómo se aplica la biblioterapia feminista?
Puede trabajarse de forma individual o en círculos de lectura. Se eligen libros con protagonistas o temas que resuenen con las vivencias del grupo, seguidos por sesiones de conversación guiada. No se trata de dar soluciones, sino de abrir espacio para la reflexión y la emoción compartida.
La biblioterapia feminista no promete «curar» desde la pasividad, sino transformar a través del sentido crítico, la empatía y la palabra. Leer desde esta mirada no es evasión, es empoderamiento. Es recordar que, a veces, una historia puede ser el primer paso para cambiar la propia.
¿Y si el próximo libro que eliges te ayudara a entenderte mejor? Tal vez la página que necesitas ya fue escrita por alguien como tú.
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