¿Qué llevó a 29 mujeres a ocupar por primera vez bancas en el Congreso de la Nación Argentina? ¿Cómo se gestó uno de los hitos más importantes para la participación política femenina en el país? Lo que ocurrió el 25 de abril de 1952 no fue casualidad: fue el resultado de una lucha organizada, colectiva y profundamente transformadora. A continuación, te contamos sobre las primeras mujeres legisladoras argentinas.

El camino hacia la representación política de las mujeres argentinas comenzó a trazarse oficialmente con la sanción de la Ley 13.010 de sufragio femenino en 1947. Gracias al impulso decisivo de Eva Perón y al trabajo del Partido Peronista Femenino, esta ley reconoció el derecho de las mujeres a votar y a ser electas.
Cuatro años después, en las elecciones de 1951, se concretó un avance sin precedentes: 23 diputadas y 6 senadoras resultaron electas por voto popular, siendo las primeras legisladoras. Este hecho no sólo cambió la composición del Congreso Nacional, sino que alteró para siempre el mapa de la política argentina.
¿Quiénes fueron las primeras legisladoras?
Entre las nuevas mujeres legisladoras, se destacaron figuras como Delia Parodi. Ella fue la primera mujer en ocupar la vicepresidencia de la Cámara de Diputados, una posición de liderazgo que hasta entonces había sido exclusivamente masculina. También formaron parte del histórico grupo Magdalena Álvarez de Seminario, María Elena Casuccio y María Caviglia de Boeykens, todas diputadas comprometidas con las demandas sociales de su tiempo.
En el Senado, hicieron historia María Rosa Calviño de Gómez, representante de la Capital Federal, y Juana Larrauri, por la provincia de Entre Ríos. Estas legisladoras argentinas no solo ocuparon un lugar simbólico, sino que participaron activamente en la elaboración y sanción de leyes que promovieron derechos para las mujeres y la clase trabajadora.
¿Por qué este hecho sigue siendo clave hoy?
Reconocer el legado de las primeras legisladoras argentinas es entender cómo se construyó el derecho a la participación política de las mujeres. Ellas abrieron camino en un Congreso que hasta entonces les había estado vedado. Su presencia fue una conquista colectiva que nació desde la organización política de las mujeres y no un favor concedido.
En un contexto donde la representación de las mujeres políticas sigue siendo un desafío, recordar el 25 de abril de 1952 no es solo una efeméride: es un llamado a continuar defendiendo la equidad en todos los espacios de poder.
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