¿Por qué tantos casos de abuso infantil permanecen en silencio por años? Una de las respuestas está en la falta de herramientas para identificar, nombrar y pedir ayuda. La ESI en la infancia —Educación Sexual Integral— no es un riesgo, como ciertos discursos conservadores afirman: es una protección.

La Educación Sexual Integral (ESI) es un enfoque pedagógico basado en derechos humanos, que brinda información adecuada a cada etapa del desarrollo. Lejos de ser “temas de adultos”, la ESI enseña a niñas y niños desde pequeños a conocer su cuerpo, reconocer situaciones incómodas y saber que tienen derecho a decir “no”.
En México, la Secretaría de Educación Pública (SEP) establece contenidos de sexualidad desde educación básica, aunque su aplicación varía por estados. Organizaciones como Early Institute y Save the Children México insisten en que la ESI en la infancia fortalece la autonomía corporal y es clave en la prevención de abuso.
¿Por qué hablar de ESI desde edades tempranas?
De acuerdo con datos presentados en 2023 por la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), al menos 1 de cada 4 víctimas de abuso sexual infantil tiene menos de 12 años. En la mayoría de los casos, el agresor es alguien cercano, lo que refuerza el miedo a hablar o identificar la violencia.
La ESI en la infancia permite romper ese silencio. Cuando las niñas y los niños aprenden que nadie tiene derecho a tocar su cuerpo sin consentimiento, están más preparados para reconocer el abuso y buscar ayuda.
ESI en la infancia y prevención de abuso: ¿cómo se relacionan?
- Nombrar el cuerpo correctamente evita confusión y facilita la comunicación con adultos de confianza.
- Hablar sobre límites y consentimiento desde temprana edad fortalece la autoestima y el respeto mutuo.
- Desmitificar el miedo y el castigo frente a la sexualidad infantil genera ambientes más seguros para expresar dudas y preocupaciones.
A pesar de los avances, la ESI aún enfrenta obstáculos en México. Grupos conservadores han promovido campañas de desinformación, argumentando que “hipersexualiza” a la infancia. Sin embargo, la evidencia indica lo contrario. De acuerdo con la UNESCO, donde hay ESI, hay menos violencia sexual infantil.
Promover la ESI en la infancia no es opcional, es urgente. Su implementación efectiva en todas las escuelas, con enfoque de género y derechos, es una de las estrategias más sólidas de prevención de abuso. Enseñar a niñas y niños que su cuerpo les pertenece es darles una herramienta poderosa: la de cuidarse y pedir ayuda cuando algo no está bien.
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