¿Por qué casi toda la publicidad del Día de las Madres sigue mostrando a mujeres que cocinan, limpian y cuidan? Cada año, el mercado se inunda de promociones, campañas emocionales y ofertas “para mamá”, pero pocas veces nos detenemos a cuestionar qué idea de maternidad están vendiendo realmente.

Aunque muchas campañas se presentan como tributos a las madres, en realidad refuerzan los mismos estereotipos año tras año. La publicidad del Día de las Madres suele estar cargada de imágenes de mujeres abnegadas, sonrientes, en la cocina o cuidando de sus hijos, mientras los regalos sugeridos son herramientas para el hogar o productos de belleza.
En México, el Día de las Madres es una de las fechas de mayor derrama económica después de Navidad. Tan solo en 2023, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (CONCANACO-SERVYTUR) estimó ventas por más de 62 mil millones de pesos en todo el país. Flores, electrodomésticos, ropa y productos de cuidado personal figuran entre los regalos más promovidos. Pero más allá de las cifras, ¿qué mensajes acompañan estas campañas?
El problema de la publicidad del Día de las Madres
Las malas representaciones perpetúan la publicidad con roles de género que limitan la identidad de las mujeres al ámbito doméstico. Además, contribuyen a mantener la idea de que el valor de una mujer radica en su rol como madre, y que este debe ejercerse con sacrificio, dulzura y sin cuestionamientos.
El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) ha advertido que los medios de comunicación y la publicidad siguen reproduciendo roles tradicionales que afectan la percepción de lo femenino y lo masculino en la sociedad. Esta publicidad del Día de las Madres, completamente estereotipada, no solo reduce la diversidad de las experiencias maternas, sino que invisibiliza a las madres solteras, lesbianas, trabajadoras, indígenas o con discapacidad.
Según un análisis de la organización Género y Número, durante el Día de las Madres se intensifican los mensajes que asocian la maternidad con la vocación natural de las mujeres, reforzando patrones de género que ya están arraigados en la cultura publicitaria latinoamericana.
¿Qué debería cambiar?
Un enfoque más ético en la publicidad del Día de las Madres implicaría representar maternidades diversas, alejadas de la idea de que todas las mujeres desean ser madres o que deben serlo de cierta forma. También supone dejar de asociar a las madres exclusivamente con la esfera doméstica y reconocer su presencia en otros espacios: laborales, políticos, creativos y comunitarios.
Además, se necesitan regulaciones más estrictas en materia de contenido publicitario, así como campañas de alfabetización mediática que permitan a las audiencias identificar y cuestionar los estereotipos de género que consumen. El Día de las Madres no debería ser una excusa para vender más, sino una oportunidad para reflexionar sobre el papel de la maternidad en nuestra sociedad. Urge transformar la publicidad sexista en mensajes que honren a las mujeres sin reducirlas a moldes prefabricados. Solo así podremos construir representaciones más justas, diversas y reales.
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