¿Puede una publicación en redes sociales cambiar el rumbo de una ley o visibilizar una injusticia silenciada? En México, el activismo digital ha demostrado ser una herramienta poderosa para la resistencia y la transformación social, especialmente en la lucha feminista.

El activismo digital, una manifestación contemporánea de la participación ciudadana también denominada ciberactivismo, se define por la instrumentación estratégica de tecnologías digitales como internet, redes sociales, aplicaciones de mensajería y plataformas en línea para impulsar y amplificar causas de índole social, política o cultural.
En el contexto mexicano, esta forma de activismo ha emergido como una herramienta esencial y de gran alcance para otorgar visibilidad y confrontar problemáticas apremiantes como la violencia de género en sus diversas manifestaciones, facilitar la organización y la coordinación de movimientos sociales a nivel nacional e incluso transnacional, y ejercer presión sobre las esferas gubernamentales y legislativas con el objetivo de promover y concretar cambios sustanciales en el marco legal y en las políticas públicas.
Casos emblemáticos en México
- La Ley Olimpia. Olimpia Coral Melo, tras ser víctima de la difusión no consentida de un video íntimo, impulsó una ley para penalizar la violencia digital. Gracias al activismo en línea y la presión social, la Ley Olimpia ha sido aprobada en la mayoría de los estados mexicanos, reconociendo la violencia digital como un delito.
- Colectiva Luchadoras. Fundada en 2012, esta organización feminista utiliza el medio digital para combatir estereotipos de género y la violencia en línea. Han desarrollado campañas, talleres y recursos para empoderar a mujeres y niñas en el uso seguro de la tecnología.
- Edurne Ochoa y el «Sicariato Digital». Edurne Ochoa ha trabajado en visibilizar y combatir el «sicariato digital», término que describe ataques coordinados en línea para silenciar a activistas y defensoras de derechos humanos. Su labor ha sido reconocida a nivel nacional e internacional.
Movimientos como #MeToo, #MiPrimerAcoso y #VivasNosQueremos han utilizado las redes sociales para denunciar la violencia de género y exigir justicia. Estas campañas han generado conciencia y han llevado a acciones concretas en políticas públicas y legislaciones.
Desafíos del activismo digital
A pesar de sus logros, el activismo digital enfrenta retos como la censura, el acoso en línea y la desinformación. Las activistas son frecuentemente blanco de ataques coordinados que buscan desacreditarlas y silenciarlas.
El activismo digital en México ha sido crucial para visibilizar problemáticas sociales y promover cambios significativos. A través de campañas digitales y el uso estratégico de las tecnologías, las activistas han logrado avances en la lucha por la igualdad y la justicia. Sin embargo, es esencial continuar fortaleciendo estos espacios y proteger a quienes lideran estas iniciativas.
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