¿Por qué los infartos en mujeres mayores suelen detectarse tarde? ¿Por qué el dolor de pecho en una abuela no se atiende con la misma urgencia que en un hombre? Estas preguntas no solo reflejan una falla médica: revelan un sesgo de género que cuesta vidas. La salud en mujeres mayores sigue siendo ignorada, malinterpretada y subestimada.

Un problema público ha sido históricamente silenciado: el sesgo médico en la salud en mujeres mayores, especialmente la cardiovascular. Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en mujeres mayores de 65 años en México, según datos de la Secretaría de Salud presentados en 2023. Sin embargo, los síntomas en mujeres suelen presentarse de forma diferente a los de los hombres, lo que lleva a diagnósticos tardíos o erróneos.
En vez de dolor agudo en el pecho, muchas mujeres reportan fatiga extrema, dificultad para respirar, ansiedad o dolor en la espalda y mandíbula. Estos signos suelen minimizarse o atribuirse al envejecimiento o a causas emocionales. El término «cardiosilencio» alude precisamente a este fenómeno: mujeres mayores que experimentan eventos cardiovasculares sin que estos sean reconocidos o tratados a tiempo.
Salud en mujeres mayores: ¿por qué se invisibiliza?
Existen múltiples factores que explican la invisibilización de la salud en mujeres mayores:
- Estereotipos de género: Se sigue pensando que los problemas del corazón son “cosas de hombres”.
- Edadismo: Las dolencias de las adultas mayores muchas veces se asocian a la edad y no se investigan a fondo.
- Desigualdad en la atención médica: Las mujeres reciben menos pruebas diagnósticas cardiovasculares que los hombres, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública.
Un estudio publicado por el Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez reveló que las mujeres mayores de 60 años tienen un 30 por ciento más de probabilidades de morir tras un infarto en comparación con los hombres. La razón: diagnósticos tardíos y atención médica deficiente.
Además, factores como la menopausia, el estrés crónico por cuidados familiares y la pobreza en la vejez agravan la situación. En México, el 48 por ciento de las mujeres adultas mayores vive en condiciones de pobreza, según el Coneval, lo cual limita su acceso a servicios de salud oportunos y de calidad.
Hacia una salud cardiovascular con perspectiva de género
Para cerrar esta brecha, es urgente adoptar un enfoque de salud con perspectiva de género y edad. Esto implica:
- Capacitación médica sobre síntomas específicos en mujeres.
- Campañas de concientización dirigidas a mujeres mayores.
- Políticas públicas que garanticen el acceso a servicios de salud cardiovascular con equidad.
Lo que no se nombra, no se atiende. Hablar del cardiosilencio es romper con una tradición de omisión. Reconocer los síntomas, escuchar los cuerpos femeninos envejecidos y dignificar su cuidado es un acto de justicia sanitaria. La salud en mujeres mayores no debe ser una nota al pie: debe ser una prioridad en la agenda pública y médica. Porque el corazón de las mujeres también merece atención, sin estigmas ni silencios.
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