En una industria donde las mujeres apenas dirigen el 16 por ciento de las películas taquilleras y representan menos del 2 por ciento en nominaciones al Óscar desde 1929, surge una pregunta urgente: ¿qué se necesita para transformar estas cifras? La respuesta podría estar en talentos emergentes como Carolina Revilla Casillas, quien acaba de obtener la prestigiosa Beca Jenkins‑Del Toro 2025. Esta noticia no solo destaca su trayectoria, sino también su potencial para abrir camino en un cine marcado por profundas brechas de género.

La brecha de género en el cine no es igual para todas. Las mujeres que no provienen de un linaje artístico poseedor de capital social enfrentan mayores barreras, especialmente en México. Es aquí donde destaca una talentosa creativa del cine. Originaria de Cuernavaca, Morelos, Carolina Revilla es una cineasta que ha demostrado un firme compromiso con la innovación audiovisual desde sus primeras obras. Su cortometraje Otro tono de azul, reconocido en el Festival de Morelia, y su pieza en stop motion Amanita reflejan una sensibilidad creativa con sello propio. Con una formación en Cine y Televisión, Carolina ha trabajado como productora y editora en proyectos premiados como Totó, de Andrea Ibarra.
Ahora, gracias a la Beca Jenkins‑Del Toro, estudiará una maestría en Producción Ejecutiva o Distribución en la Universidad Ramón Llull (Barcelona). Su objetivo: regresar a México con herramientas que profesionalicen la producción de cine animado y fortalezcan las redes de apoyo para mujeres cineastas emergentes.
Carolina Revilla: talento que cruza fronteras
Esta beca, impulsada por Guillermo del Toro, el FICG, la Fundación Mary Street Jenkins y la Universidad de Guadalajara, otorga 60 mil dólares anuales para estudios en el extranjero. Desde 2018, solo seis cineastas la han ganado. Carolina es la primera morelense en sumarse a esta exclusiva red que apuesta por narrativas mexicanas con calidad artística e innovación.
Brechas estructurales: el contexto que hace este logro tan relevante
El camino de una cineasta en México está plagado de obstáculos: en 2023, sólo el 38 por ciento de los personajes principales en el cine nacional eran mujeres, y apenas el 9.4 por ciento de las películas abordaron temas de género. A pesar de que el 42 por ciento de quienes hacen cine en México son mujeres, solo recibieron el 18.6 por ciento de los apoyos del FOPROCINE y FIDECINE entre 1998 y 2016.
Este contexto resalta la importancia de apoyar a figuras como Carolina, quienes, además de su talento, tienen una visión clara sobre el impacto social del cine. Su decisión de formarse en el extranjero y volver a México para fortalecer la industria no es solo una meta personal, sino un compromiso colectivo.
Más que una beca, esto es una apuesta por el futuro del cine con perspectiva de género. Al hablar de Carolina Revilla, no sólo celebramos un triunfo individual. Reconocemos a una nueva generación que desafía los techos de cristal en la industria cinematográfica. Su recorrido representa una oportunidad para repensar cómo se construyen las narrativas, quién las cuenta y con qué recursos. Porque el cine será verdaderamente equitativo cuando todas las voces tengan el mismo acceso para contarse.
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