¿Cómo puede una mujer de 85 años levantar más de 130 kilos y romper récords mundiales? La respuesta tiene nombre y apellido: Catherine Kuehn. Su historia es un testimonio de fortaleza física. Además de una lección de vida que desafía los estereotipos sobre la edad, el género y el deporte. Quédate hasta el final y descubre cómo una diagnóstica médica la convirtió en una leyenda viva del levantamiento de pesas.

A los 85 años, Catherine Kuehn recibió un diagnóstico de osteopenia, una afección que debilita los huesos. Para muchas personas, esto sería motivo para frenar su actividad física. Para Catherine, fue el punto de partida. Decidió incursionar en el levantamiento de pesas, y no tardó en sobresalir: hoy, es una reconocida halterófila estadounidense con múltiples títulos a nivel internacional.
Desde que comenzó su carrera deportiva, Catherine Kuehn no ha parado de acumular logros. Ha ganado todas las competencias en las que ha participado, incluyendo el Campeonato Mundial WABDL en 2022 y el Campeonato Regional del Noroeste en 2024, en la categoría Masters 90-94. Su marca más destacada: un deadlift de 133.3 kilos (293.9 libras). Una cifra que impresiona, no solo por el peso, sino por lo que representa: la capacidad de romper moldes y superar límites físicos y sociales.
El motor detrás de la fuerza
Kuehn ha compartido que su principal motivación fue el apoyo incondicional de su esposo, Dick, quien la animó hasta su fallecimiento. Este lazo afectivo fue clave en su decisión de seguir activa y no rendirse ante el paso del tiempo.
Ella misma lo dice con claridad: “No te detengas. Sigue moviéndote.” Su mensaje va más allá del deporte. Es un llamado a resistir la inercia del envejecimiento impuesto por prejuicios culturales.
Catherine Kuehn y el poder del ejemplo
El caso de Catherine Kuehn es un ejemplo potente desde una perspectiva feminista y ética pública. Nos invita a repensar las narrativas que limitan el potencial de las mujeres mayores en espacios tradicionalmente masculinos, como el deporte de alto rendimiento. Su historia ha sido reconocida en el cortometraje Strong Grandma, producido por The New Yorker, donde su disciplina y pasión quedan retratadas con sensibilidad.
Catherine, más allá de sus récords, es un símbolo de autonomía, salud y dignidad en la vejez. Su legado desafía el capacitismo y el edadismo, demostrando que nunca es tarde para comenzar de nuevo, incluso con una barra cargada sobre los hombros. ¿Te inspiró su historia? Entonces ya estás un paso más cerca de cambiar tus propias creencias sobre lo que una mujer puede lograr, sin importar la edad.
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