¿Por qué, en pleno 2025, sigue siendo más difícil para las mujeres jóvenes ocupar espacios de liderazgo estudiantil o ser tomadas en serio en el aula? Cada 23 de mayo, el Día del Estudiante en México celebra la participación juvenil en la transformación educativa. Sin embargo, poco se habla de las barreras invisibles que enfrentan las estudiantes dentro del mismo sistema que se supone debe impulsarlas.

El Día del Estudiante conmemora el movimiento estudiantil de 1929 que exigió autonomía para la Universidad Nacional de México (hoy UNAM). Aquella generación marcó un antes y un después en la historia educativa del país. Tras protestas intensas y la represión del 23 de mayo en la Escuela de Derecho, los estudiantes lograron la autonomía universitaria el 10 de julio de ese año.
Este día no es solo una fecha simbólica: es un recordatorio del poder transformador del estudiantado. Pero esa lucha no ha sido ni es igual para todas.
El techo de cristal en las aulas
Aunque se ha avanzado en el acceso de las mujeres a la educación superior, persiste un fenómeno difícil de romper: el techo de cristal en las aulas. Esta expresión, adoptada del ámbito laboral, también aplica en entornos académicos. Las estudiantes enfrentan obstáculos estructurales que limitan su pleno desarrollo:
- Baja representación femenina en cargos de representación estudiantil.
- Menor reconocimiento de sus aportes académicos o intelectuales.
- Discriminación de género, micromachismos y acoso dentro de los campus.
- Escasa visibilidad de referentes femeninos en los planes de estudio.
El Día del Estudiante es una excelente oportunidad para cuestionar: ¿están las instituciones educativas creando entornos realmente igualitarios?
Educación crítica con perspectiva de género
Para transformar esta realidad, es fundamental impulsar una educación con enfoque de género desde todos los niveles. No basta con incluir más mujeres en las aulas; se necesita replantear los contenidos, los espacios de participación y la cultura institucional.
Además, es clave visibilizar a las jóvenes que hoy están organizándose para cambiar sus entornos. Desde asambleas feministas hasta colectivos que denuncian violencia de género en universidades, las estudiantes siguen abriendo camino.
Día del Estudiante: para conmemorar… y para exigir
El Día del Estudiante no debe convertirse en una efeméride vacía. Es una fecha para celebrar, sí, pero también para exigir justicia educativa, igualdad de oportunidades y una vida libre de violencia dentro de las instituciones académicas. La pregunta que queda abierta es: ¿qué estás haciendo tú —como estudiante, docente o parte de la comunidad— para derribar el techo de cristal en las aulas?
Porque transformar la educación también implica mirar hacia adentro y cambiar lo que aún no se nombra. Este 23 de mayo, que la conmemoración no se quede en el pasado. Que sea una plataforma para construir el futuro.
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