¿Qué tienen en común una colectiva de los años 80, un mural en una esquina de la ciudad y una instalación contemporánea en un museo? Todas son expresiones de arte feminista que han marcado —y siguen marcando— el pulso de la lucha por la igualdad en México. En este Día Mundial del Arte, abrimos la conversación sobre cómo el feminismo se ha infiltrado en el lienzo, la calle y la escena cultural, no solo como estética, sino como activismo en el arte.

El arte feminista no es una tendencia reciente ni un estilo decorativo. Es una declaración política que ha acompañado al movimiento de mujeres desde hace décadas. En México, esta expresión ha servido como herramienta de denuncia, memoria y transformación social.
Desde el performance hasta el muralismo callejero, las artistas feministas han hecho del cuerpo, la voz y la ciudad espacios de resistencia. En un país con altos índices de violencia de género, el arte se convierte en trinchera y refugio.
Pioneras del arte feminista en México
En 1983, Mónica Mayer y Maris Bustamante fundaron Polvo de Gallina Negra, la primera colectiva de arte feminista en el país. A través de performances provocadores, intervenciones públicas y arte correo, cuestionaron los roles de género impuestos y visibilizaron la violencia estructural contra las mujeres.
Su trabajo no solo rompió con la narrativa masculina del arte contemporáneo, sino que abrió un camino que aún hoy transitan nuevas generaciones.
Bravas: arte urbano con perspectiva de género
El legado de las pioneras continúa con iniciativas como Bravas, la primera escuela feminista de arte urbano en México. Desde los muros de la ciudad, artistas emergentes denuncian, narran y celebran la experiencia femenina. Esta escuela no solo enseña técnicas, sino que fomenta la autonomía creativa y el empoderamiento a través del arte callejero.
Colectivas actuales: el artivismo no se detiene
Hoy, colectivas como Las Brillantinas, La Sandía Digital y Ellas Artes mantienen viva la llama del activismo en el arte. Utilizan medios digitales, performance y arte comunitario para hablar de justicia, identidad y equidad. Su impacto trasciende el espacio artístico para incidir en lo político y lo social.
Artistas que inspiran y transforman
Además de Mónica Mayer, figuras como Magali Lara y Tehani Farr están dejando huella en el panorama actual. Lara combina paisaje y poesía para hablar del cuerpo femenino y la violencia de género. Farr, por su parte, crea un universo de fantasía oscura donde fusiona culturas y simbolismos, abriendo nuevos caminos para las mujeres en el arte contemporáneo.
El arte feminista sigue creciendo
En este Día Mundial del Arte, no basta con celebrar la creatividad: es necesario reconocer el poder político de las imágenes, los gestos y las palabras. Las artistas feministas mexicanas no sólo están creando belleza, están generando cambios reales.
Y esto apenas comienza. ¿Hasta dónde llegará esta revolución visual?
Sigue leyendo:
| Adélaïde Labille-Guiard, la pintora que desafió las normas del arte en el siglo XVIII