¿Por qué persisten tantos mitos sobre la sexualidad femenina en pleno siglo XXI? La respuesta está en los estigmas de la sexualidad que, desde una mirada patriarcal, han moldeado creencias erróneas que afectan la salud, el placer y los derechos de las mujeres. A continuación, exploramos cómo la estigmatización de la sexualidad femenina perpetúa desigualdades y qué podemos hacer para desmantelarla.

Hablar abiertamente sobre el placer, el deseo o el cuerpo femenino sigue siendo un tabú en muchas sociedades. La estigmatización de la sexualidad no solo ha silenciado durante siglos a las mujeres, sino que también ha construido una narrativa basada en la culpa, el desconocimiento y el control. Desde mitos profundamente arraigados hasta normas sociales restrictivas, la sexualidad femenina ha sido moldeada por discursos que la colocan entre lo prohibido y lo invisible.
Este estigma no es inocuo: impacta directamente en la salud, la educación y los derechos de las mujeres. La estigmatización de la sexualidad refuerza creencias erróneas que impiden el acceso a información confiable y a una vivencia libre del cuerpo. En este artículo desmontamos los principales mitos de la sexualidad femenina, exploramos sus consecuencias sociales y proponemos caminos hacia una educación integral y con perspectiva de género.
Mitos de la sexualidad femenina: entre la ignorancia y el control
Uno de los mitos más arraigados es que la primera relación sexual femenina debe ser dolorosa y con sangrado. Un estudio de la UNAM revela que el 83.9 por ciento de las personas encuestadas cree erróneamente en esta idea, lo que refleja un profundo desconocimiento de la fisiología femenina. Otro mito común es que la satisfacción sexual de la mujer depende del tamaño del pene, perpetuando una visión centrada en el placer masculino.
Además, se cree que la vida sexual de la mujer termina con la menopausia, negando su derecho al placer en etapas posteriores de la vida. Estas creencias no solo son falsas, sino que también limitan la autonomía y el bienestar de las mujeres.
Estigmatización de la sexualidad: una barrera para la salud y el placer
La estigmatización de la sexualidad femenina tiene consecuencias directas en la salud sexual y reproductiva. Las mujeres lesbianas y bisexuales, por ejemplo, enfrentan mitos que invisibilizan sus prácticas sexuales, lo que puede llevar a prácticas de riesgo debido a la falta de información y servicios adecuados.
Además, la falta de educación sexual integral perpetúa la desinformación y refuerza estereotipos que asocian la sexualidad femenina con la pasividad o la promiscuidad, dependiendo del contexto. Esto limita la capacidad de las mujeres para tomar decisiones informadas sobre su cuerpo y su placer.
Rompiendo el silencio: hacia una sexualidad libre y consciente
Para superar los estigmas de la sexualidad, es fundamental promover una educación sexual integral que incluya una perspectiva de género y diversidad. Esto implica reconocer la diversidad de experiencias y orientaciones, y proporcionar información basada en evidencia científica.
También es crucial visibilizar y normalizar la sexualidad femenina en todas sus formas, incluyendo el deseo, el placer y la autonomía. Al hacerlo, se desafían las normas patriarcales que han limitado históricamente la expresión sexual de las mujeres. Desmantelar los mitos de la sexualidad femenina es un paso esencial hacia la equidad y el bienestar. Al cuestionar y educar, se abre la puerta a una sexualidad más libre, informada y empoderada para todas las mujeres.
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| Camila Henríquez Ureña, pionera del feminismo latinoamericano