¿Qué puede decir una actriz francesa en uno de los escenarios más glamorosos del cine mundial que haga temblar estructuras de poder? Juliette Binoche lo hizo. Como presidenta del jurado del 78º Festival de Cannes, aprovechó la ceremonia inaugural para emitir un pronunciamiento que no solo marcó la pauta del evento, sino que también dejó un claro mensaje ético, político y cultural.

Juliette Binoche, reconocida por su trayectoria artística y su compromiso con causas sociales, no esquivó temas incómodos. Desde el escenario de Cannes, se refirió directamente a la condena por agresión sexual del actor Gérard Depardieu, una figura central en el cine francés. “Ya no es intocable”, afirmó con firmeza, rompiendo el pacto de silencio que durante décadas protegió a figuras influyentes de la industria.
Este gesto no fue menor. En un espacio históricamente dominado por el poder masculino, la intervención de Binoche marca un punto de inflexión: pone en el centro la necesidad de reconocer a las víctimas y cuestionar las estructuras que han permitido el abuso sistemático.
Crítica a Trump y defensa del cine europeo
La actriz francesa también respondió a las recientes declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump, quien propuso un arancel del 100 por ciento a las películas extranjeras. Para Binoche, esta medida es un intento por proteger su propia imagen más que una defensa de los intereses culturales de Estados Unidos. Con elegancia y firmeza, defendió la resiliencia y el valor del cine europeo frente a políticas proteccionistas que, en la práctica, promueven el aislamiento cultural.
Uno de los momentos más conmovedores del pronunciamiento fue el homenaje que Juliette Binoche rindió a la fotoperiodista palestina Fatima Hassouna, asesinada en Gaza. Mencionarla en el contexto de un festival como Cannes no fue una elección casual: fue una manera de recordar que el arte no puede vivir ajeno a los conflictos del mundo, y que el cine también puede ser un vehículo de empatía, denuncia y transformación social.
Juliette Binoche, presidenta del jurado y referente ético
El impacto del discurso de Binoche no se limita al Festival de Cannes. Su posicionamiento público, desde un rol de poder simbólico como presidenta del jurado, reafirma que el cine no puede seguir siendo un espacio desconectado de las luchas por justicia, memoria y equidad.
Con su intervención, Juliette Binoche demostró que las palabras importan, sobre todo cuando se pronuncian desde la coherencia. Y dejó abierta una pregunta incómoda para toda la industria: ¿cuántos silencios más estamos dispuestos a sostener?
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