¿Por qué muchas mujeres sienten que no se les escucha con la misma autoridad que a sus colegas hombres, incluso cuando tienen más experiencia? Si alguna vez te han interrumpido para explicarte algo que ya sabías —o que sabías mejor—, probablemente te has enfrentado al fenómeno del mansplaining.

El término mansplaining surge de la combinación de “man” (hombre) y “explaining” (explicar), y describe una actitud condescendiente en la que un hombre explica algo a una mujer de manera paternalista, asumiendo que ella no sabe del tema, incluso cuando es experta. Aunque no es un término académico formal, ha sido ampliamente reconocido en espacios feministas, académicos y mediáticos por su capacidad de nombrar una experiencia cotidiana invisibilizada durante mucho tiempo.
Fue popularizado en 2008 tras un ensayo de la escritora Rebecca Solnit titulado «Men Explain Things to Me», en el que narra cómo un hombre le explicó su propio libro sin saber que ella era la autora. Desde entonces, el concepto se ha integrado en el discurso feminista como una herramienta para denunciar desequilibrios de poder en la conversación pública y privada.
Cómo se manifiesta el mansplaining
Este comportamiento puede ser sutil o evidente. Algunas formas comunes son:
- Interrumpir a mujeres en reuniones para “aclarar” lo que ya han dicho.
- Explicar temas a mujeres que tienen más experiencia profesional o académica.
- Desacreditar opiniones femeninas con frases como “lo que tú quieres decir es…”
- Hablar por encima de las mujeres en debates o foros públicos.
Un estudio realizado por la Universidad George Washington muestra que los hombres interrumpen a las mujeres un 33 por ciento más que a otros hombres en contextos laborales. Además, investigaciones publicadas en Harvard Business Review revelan que las mujeres líderes son percibidas como menos competentes cuando son interrumpidas constantemente, perpetuando así barreras estructurales en espacios de decisión.
¿Por qué es importante identificarlo?
El mansplaining no solo es molesto: refuerza estereotipos de género, perpetúa la invisibilización de las mujeres en ámbitos profesionales y dificulta su avance en espacios de poder. También actúa como una forma de silenciamiento simbólico, ya que debilita la legitimidad de la voz femenina y normaliza la autoridad masculina como única válida.
¿Cómo enfrentarlo? Reconocerlo es el primer paso. Luego, se puede responder de manera firme y asertiva:
- “Sí, ya lo conozco, de hecho, trabajé en ese proyecto.”
- “¿Podrías dejarme terminar mi idea?”
- Aliarse entre mujeres o aliados hombres también es clave para frenar estas dinámicas.
El mansplaining es una manifestación concreta de la desigualdad de género en la comunicación cotidiana. Identificar esta actitud condescendiente nos ayuda a cuestionar estructuras arraigadas y a construir espacios más equitativos, donde todas las voces sean escuchadas y valoradas por igual. El cambio empieza por nombrar lo que antes se callaba.
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