Desde la reforma de cuotas de género en 1996 hasta la llegada a la presidencia de una mujer, México ha recorrido un considerable camino en participación política femenina. Aunque queda mucho por hacer, los esfuerzos en la legislación han dado frutos.

Desde las primeras elecciones tras la Revolución Mexicana, las oportunidades de participación política para las mujeres eran casi inexistentes. Sin embargo, con el tiempo, esta realidad comenzó a cambiar. Un hito clave en el siglo XX fue la reforma de 1996, que abrió mayores posibilidades para que las mujeres pudieran postularse a cargos públicos. A partir de entonces, la participación política femenina en México comenzó a mostrar un crecimiento significativo.
Esta reforma estableció que, en las candidaturas para diputados y senadores, ningún género puede superar el 70 por ciento de los postulados dentro de un partido político. Los frutos de este esfuerzo comenzaron a notarse para 2008, pues las candidaturas de mujeres se incrementaron en un 40 por ciento. Además, en 2018 se alcanzó la paridad de género en el Congreso de la Unión.
Participación política femenina actualmente y los desafíos futuros
En 2023, México alcanzó un récord histórico en la participación femenina en la política. Con diez mujeres asumiendo la gubernatura de igual número de estados, se alcanzó la cifra más alta en la historia del país. En el ámbito judicial, Norma Lucía Piña Hernández fue electa en 2023 como la primera mujer presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal. En el proceso electoral 2023-2024, se buscó garantizar el acceso de al menos 10,000 mujeres a posiciones públicas, libres de violencia y con mayores oportunidades de participación. Sumado a esto, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo hizo historia al convertirse en la primera mujer presidenta de México en junio de 2024. A pesar de estos avances, aún persiste el reto de aumentar la representación femenina en cargos públicos.
Aunque el crecimiento exponencial de la presencia femenina en la política mexicana es evidente, cabe preguntarse si esto representa verdaderamente un cambio en la vida de todas las mujeres. La violencia de género sigue siendo una preocupación central, con un 44% de las mujeres en México siendo víctimas de violencia de género, según datos del INEGI. Además, el acceso a la justicia sigue siendo limitado, con el 64% de las denuncias de violencia de género sin ser procesadas adecuadamente. La brecha de género en el ámbito laboral y político también persiste, con mujeres ganando, en promedio, un 16% menos que los hombres en puestos similares.
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