¿Por qué persisten las desigualdades entre hombres y mujeres en pleno siglo XXI? Para entenderlo, es fundamental conocer qué es la perspectiva de género y cómo puede transformar nuestras instituciones, políticas y relaciones cotidianas.

La perspectiva de género es una herramienta analítica que permite identificar, cuestionar y transformar las desigualdades y discriminaciones basadas en el género. Según el Instituto Nacional de las Mujeres de México, se trata de una metodología que ayuda a reconocer cómo las diferencias biológicas entre mujeres y hombres han sido utilizadas para justificar desigualdades sociales, económicas y políticas.
El enfoque de género es un componente clave. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, este enfoque considera las diferentes oportunidades que tienen los hombres y las mujeres, las interrelaciones existentes entre ellos y los distintos papeles que socialmente se les asignan. Aplicar este enfoque permite analizar cómo las políticas, programas y acciones afectan de manera diferenciada a mujeres y hombres, y cómo pueden ajustarse para promover la equidad.
¿Por qué es importante aplicar la perspectiva de género?
Incorporar la perspectiva de género en las políticas públicas y en la vida diaria es esencial para:
- Visibilizar las desigualdades estructurales que afectan a mujeres y personas de géneros diversos.
- Diseñar e implementar acciones que promuevan la equidad y la justicia social.
- Cuestionar y modificar estereotipos y roles de género que limitan el desarrollo pleno de las personas.
Por ejemplo, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (CONAVIM) destaca que este enfoque ayuda a comprender más profundamente tanto la vida de las mujeres como la de los hombres y las relaciones que se dan entre ambos.
¿Cómo puede mejorar nuestras vidas?
Adoptar la perspectiva de género no solo beneficia a las mujeres; también contribuye a construir sociedades más equitativas y justas para todas las personas. Al cuestionar las normas y estructuras que perpetúan la desigualdad, se abren oportunidades para que cada individuo pueda desarrollarse plenamente, sin restricciones impuestas por estereotipos o roles de género.
El enfoque de género es una herramienta esencial para identificar y transformar las desigualdades estructurales que afectan a diversas personas en la sociedad. Al aplicar este enfoque, se promueve la equidad, se cuestionan los estereotipos y se diseñan políticas más inclusivas y efectivas. Incorporar la perspectiva de género en todos los ámbitos es un paso fundamental hacia una sociedad más justa y equitativa para todas las personas.
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