¿Por qué, a pesar de los avances legales, las mujeres en México siguen enfrentando desigualdades estructurales? La respuesta puede estar en cómo se diseñan e implementan las políticas públicas. Gobernar con perspectiva de género no es solo una consigna: es una estrategia concreta para transformar las instituciones y garantizar la igualdad sustantiva.

Actualmente, ¿qué implica gobernar con perspectiva de género? Según la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM), la perspectiva de género es una metodología que permite identificar y cuestionar la discriminación y desigualdad basadas en el género, proponiendo acciones para modificar estructuras que perpetúan estas desigualdades.
Aplicada al ámbito gubernamental, implica que todas las políticas, programas y presupuestos consideren las diferentes necesidades y condiciones de mujeres y hombres, buscando eliminar las brechas existentes.
¿Cómo se traduce en políticas públicas?
Las políticas con perspectiva de género buscan garantizar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres. Esto se logra mediante la incorporación transversal de la perspectiva de género en todas las etapas del ciclo de las políticas públicas: desde su diseño hasta su evaluación.
Por ejemplo, el Sistema Nacional de Cuidados propuesto en México reconoce y redistribuye el trabajo de cuidados, tradicionalmente realizado por mujeres, promoviendo una mayor equidad en el ámbito doméstico y laboral.
¿Qué beneficios conlleva gobernar con perspectiva de género?
Implementar políticas con perspectiva de género no solo promueve la justicia social, sino que también tiene beneficios económicos. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señala que reducir la brecha de género en la participación laboral podría incrementar el PIB per cápita de México en casi 0.2 puntos porcentuales anuales.
Además, ciudades que incorporan esta perspectiva en su planificación urbana han logrado mejorar la seguridad y accesibilidad para las mujeres, como se ha observado en diversas zonas urbanas de México.
¿Qué desafíos persisten?
A pesar de los avances, existen retos significativos. La implementación efectiva de políticas con perspectiva de género requiere voluntad política, recursos adecuados y una transformación cultural que desafíe los estereotipos de género. Además, es esencial contar con datos desagregados por género para diseñar intervenciones más precisas.
Gobernar con perspectiva de género es fundamental para construir una sociedad más equitativa y justa. Implica reconocer y abordar las desigualdades estructurales que afectan a las mujeres, garantizando que las políticas públicas respondan a sus necesidades y promuevan su pleno desarrollo. Solo así se podrá avanzar hacia una verdadera igualdad sustantiva en México.
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