Imagina ser la única persona encargada de cuidar la salud de cientos de estudiantes, sin contrato estable, sin insumos básicos y sin reconocimiento institucional. Esta es la realidad cotidianaen muchos casos: la precariedad laboral en enfermeras escolares en México. Aunque su trabajo es vital, enfrentan una doble carga: cuidar sin ser cuidadas.

En el marco de su día internacional, hablar de la precariedad laboral en enfermeras escolares es una conversación incómoda pero necesaria. En el sistema educativo mexicano, la figura de la enfermera escolar no está garantizada por ley. Su contratación depende del presupuesto local, de las decisiones de cada plantel o incluso de gestiones externas. Muchas son empleadas bajo esquemas de subcontratación o como personal eventual.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México había en 2022 aproximadamente 1,980 enfermeras escolares activas, pero sin una regulación nacional que asegure su presencia en todas las escuelas. Esto significa que miles de escuelas públicas carecen de personal capacitado para atender emergencias médicas o brindar seguimiento a temas de salud infantil y adolescente.
Precariedad laboral en enfermeras escolares: entre la vocación y el abandono
La precariedad laboral en enfermeras escolares es una de las formas más normalizadas de exclusión dentro del sistema de salud y educativo. Muchas trabajan sin prestaciones, sin estabilidad laboral y con sueldos por debajo de lo que establece el tabulador nacional para personal de salud.
De acuerdo con el estudio “Panorama del personal de enfermería en México” del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), la gran mayoría de las enfermeras del país gana menos de $10,000 pesos mensuales y enfrenta largas jornadas con escasos recursos.
Salud mental en riesgo: ¿quién las escucha?
La sobrecarga emocional también afecta su bienestar. Las enfermeras escolares suelen ser las primeras en detectar casos de abuso, maltrato o problemas de salud mental en estudiantes. Sin embargo, no reciben acompañamiento psicológico ni capacitación suficiente para afrontar estas situaciones.
El Instituto Nacional de Salud Pública advierte que el personal de enfermería en México presenta altos niveles de agotamiento, estrés y ansiedad, especialmente en contextos escolares y comunitarios. Este abandono institucional no solo vulnera sus derechos laborales, también impacta en la calidad del cuidado que pueden ofrecer.
Hablar de precariedad laboral en enfermeras escolares desde una perspectiva de género es urgente. Ellas sostienen parte del sistema educativo desde el cuidado, un trabajo históricamente asignado a las mujeres y, por tanto, desvalorizado. Sin políticas públicas que regulen y protejan su rol, seguimos perpetuando una estructura desigual que las explota en nombre de la vocación. Porque cuidar no debería significar sacrificarse. Y quienes cuidan también merecen ser cuidadas.
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