La crisis climática no solo impacta el planeta. También afecta directamente nuestra salud mental, y sus repercusiones son más profundas en mujeres. ¿Por qué? Las causas van más allá de lo ambiental: cruzan desigualdades de género, contextos económicos y estructuras sociales. Si alguna vez te has sentido angustiada por la degradación del entorno o has notado cómo el calor extremo afecta tu bienestar emocional, sigue leyendo para entender por qué y cómo está ocurriendo.

Las repercusiones ambientales en la salud mental no son hipotéticas ni futuras. Son una realidad presente, especialmente para mujeres en contextos vulnerables. La exposición constante a noticias sobre desastres naturales, incendios forestales, escasez de agua o contaminación del aire genera un estado de ansiedad sostenida.
Esta angustia crónica, conocida como ecoansiedad, afecta de forma desproporcionada a las mujeres, quienes expresan mayor sensibilidad y preocupación por el entorno natural.
Desplazamiento y desastres naturales: el rostro invisible del trauma
El cambio climático ha provocado el desplazamiento forzado de millones de personas, y el ochenta por ciento de ellas son mujeres. Al dejar sus hogares, enfrentan altos niveles de inseguridad, pobreza y estrés postraumático. Muchas de estas mujeres pierden también sus redes de apoyo comunitario, lo que agudiza el impacto emocional. Este tipo de consecuencias del cambio climático en la salud mental siguen siendo subestimadas en los debates públicos y en las políticas ambientales.
Contaminación y calor extremo: factores de riesgo para mujeres
Estudios científicos han vinculado la contaminación atmosférica con trastornos mentales como la ansiedad y la depresión. Las mujeres embarazadas y sus bebés presentan mayor riesgo: se ha documentado deterioro en la memoria espacial, cambios de humor y mayor ansiedad. A esto se suma el calor extremo, que incrementa las hospitalizaciones por trastornos psiquiátricos y eleva las tasas de suicidio. Estos efectos son más intensos en mujeres debido a factores fisiológicos, hormonales y sociales.
Políticas públicas ante las repercusiones ambientales en la salud mental
Pese a la evidencia, las políticas ambientales siguen sin incorporar una perspectiva de género. Reconocer que las mujeres viven las consecuencias del cambio climático en la salud mental de manera diferente es urgente. Las respuestas deben incluir:
- Acceso a servicios de salud mental con enfoque comunitario.
- Participación activa de mujeres en decisiones ambientales.
- Apoyo a proyectos liderados por mujeres para la conservación y el ecoturismo.
El rol de las mujeres en la reconstrucción emocional y ecológica
En muchas comunidades rurales, las mujeres están liderando soluciones: gestionan recursos, impulsan la agricultura sostenible y construyen redes de cuidado mutuo. Estas iniciativas no solo restauran el entorno, también fortalecen el tejido emocional colectivo.
Las repercusiones ambientales en la salud mental son tan urgentes como la pérdida de biodiversidad o el aumento del nivel del mar. Y para las mujeres, están atravesadas por desigualdades que agravan los impactos. Abordar esta realidad exige políticas públicas integrales, conciencia colectiva y, sobre todo, reconocer que cuidar la salud mental también es parte de cuidar el planeta.
Sigue leyendo:
| Salud Menstrual y Contaminación: Alternativas Sostenibles que Cuidan
| Autocuidado Sustentable: Cómo cuidar de ti sin dañar el planeta