En México se calcula que alrededor del 62% de la población son personas menstruantes. Por eso es necesario eliminar los estigmas en torno al tema para fomentar el acceso a la salud menstrual. Esto implica la creación de espacios de diálogo, informar a jóvenes y niñas, entre otras acciones importantes.

A lo largo de la historia, la menstruación ha sido considerada un tema tabú. Aunque hoy en día muchos de los estigmas que la rodean han sido desafiados y superados gracias a la labor de gobiernos y organizaciones civiles como Menstruación Digna, todavía queda mucho por hacer. La salud menstrual es una cuestión de gran relevancia, no solo para las mujeres, sino también para la salud pública en general.
Según la UNICEF, se estima que una de cada tres adolescentes en América Latina se ausenta de clases durante su periodo debido a la falta de recursos para una gestión menstrual adecuada. Además, la primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual reveló que el 69% de las personas menstruantes no contaba con suficiente información al momento de su primera menstruación. La principal fuente de información sobre menstruación para la mayoría de las encuestadas es la madre, mencionada por siete de cada diez personas. Mientras tanto, el internet y las redes sociales ocupan el segundo lugar. Aunque estas plataformas se han convertido en una herramienta clave para la difusión de información, la desinformación y los mitos persisten.
AVANCES Y DESAFÍOS EN LA SALUD MENSTRUAL
En este contexto, sólo 9 de los 31 países de América Latina y el Caribe han reconocido los productos de higiene menstrual como una necesidad básica. A pesar de los avances, las toallas desechables siguen siendo los productos menstruales más utilizados, aunque un menor número de personas opta por las toallas de tela. Sin embargo, el acceso a productos adecuados continúa siendo un desafío para muchas. Esto especialmente en comunidades más vulnerables, donde la pobreza menstrual persiste como una barrera importante.
Por otro lado, la salud menstrual tiene un impacto significativo en las actividades diarias de quienes menstrúan. Los intensos dolores menstruales y la preocupación por mancharse son dos de las principales razones que llevan a muchas personas a modificar su rutina diaria. Esto puede repercutir negativamente en su rendimiento académico o laboral.
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