¿Puede el sindicalismo ser una herramienta de transformación feminista? Aunque históricamente dominados por hombres, los gremios y uniones en México están cambiando gracias al impulso de mujeres que exigen condiciones laborales más justas y seguras. Hoy te contamos con datos concretos cómo están liderando esta transformación.

Durante mucho tiempo, la presencia femenina en el sindicalismo fue mínima o limitada a roles secundarios. Sin embargo, esto ha comenzado a cambiar. Según un informe de 2022 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las mujeres representan ya el 38 por ciento de la afiliación sindical en México.
Este aumento en la participación no es casual: responde a una creciente conciencia sobre la necesidad de que las mujeres estén en espacios de decisión para defender sus derechos laborales, especialmente en sectores feminizados como salud, educación y manufactura.
Mujeres transformando la asociación y el gremio
La presencia de mujeres en sindicatos no solo amplía la representatividad; también cambia las prioridades. Un informe de 2023 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) señala que las mujeres sindicalistas impulsan temas históricamente ignorados por las uniones tradicionales, como:
- Protocolos contra el acoso y hostigamiento laboral.
- Licencias de maternidad dignas y respetuosas.
- Equiparación salarial y reconocimiento del trabajo de cuidados.
- Seguridad y salud laboral con enfoque de género.
Organizaciones como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM) han desarrollado, en parte gracias a la presión de sus afiliadas, protocolos específicos para atender casos de violencia de género en el trabajo.
Retos que persisten en el sindicalismo con perspectiva de género
A pesar de los avances, las mujeres sindicalistas aún enfrentan múltiples obstáculos:
- Subrepresentación en liderazgos: Solo el 20 por ciento de los puestos de dirección sindical están ocupados por mujeres en México.
- Resistencia cultural: Persisten prácticas machistas que minimizan sus demandas o frenan su participación activa.
- Fragmentación: Muchas mujeres optan por crear asociaciones o colectivos independientes ante la falta de respuesta de los sindicatos tradicionales.
Sin embargo, cada vez es más evidente que sin la voz de las mujeres, el gremio y la unión pierden legitimidad y capacidad real de representar a toda la fuerza laboral.
Hoy, el sindicalismo en México tiene en las mujeres una fuerza transformadora clave. Su participación no sólo visibiliza temas urgentes. También redefine lo que entendemos por justicia laboral. Impulsar su liderazgo en asociaciones, gremios y uniones no es opcional: es indispensable para construir espacios de trabajo seguros, dignos y libres de violencia.
Sigue leyendo:
| Trabajo y Maternidad: ¿qué tan protegidas están las madres trabajadoras?
| Teletrabajo y salud mental de las mujeres: entre la flexibilidad y la sobrecarga