¿El avance tecnológico está nivelando el campo laboral o está ampliando brechas ya existentes? Aunque el trabajo remoto y la automatización prometen flexibilidad y eficiencia, no siempre benefician por igual. Para muchas mujeres, especialmente en contextos de desigualdad estructural, estos cambios traen nuevos desafíos que no podemos ignorar.

El auge del teletrabajo durante y después de la pandemia posicionó al trabajo remoto como una solución viable para miles de mujeres que combinan empleo y responsabilidades de cuidado. De acuerdo con datos presentados en 2023 por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las mujeres fueron mayoría en las modalidades de trabajo a distancia, en parte por la expectativa social de que permanezcan en el hogar.
Sin embargo, esta “flexibilidad” muchas veces significó jornadas extendidas, interrupciones constantes y una carga mental multiplicada. El estudio «El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe» (CEPAL) advierte que el teletrabajo, sin políticas de corresponsabilidad ni apoyo institucional, refuerza la desigual distribución del trabajo doméstico.
La automatización en el trabajo remoto: una amenaza silenciosa
La automatización también impacta de forma desigual. Según un informe de 2023 del World Economic Forum, los sectores con alto riesgo de automatización —como servicios administrativos, manufactura y ventas minoristas— emplean a un gran número de mujeres en roles repetitivos y mal remunerados.
Esto significa que los empleos femeninos son más vulnerables a ser sustituidos por tecnología. Y, al mismo tiempo, las mujeres tienen menor acceso a los empleos del futuro, relacionados con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), donde la brecha de género es aún profunda.
¿Qué se necesita para que la transformación digital no deje atrás a las mujeres?
Para que el trabajo remoto y la automatización sean verdaderas herramientas de inclusión, es urgente:
- Garantizar acceso igualitario a tecnologías, conectividad y capacitación digital.
- Diseñar políticas de corresponsabilidad en el hogar para equilibrar el impacto del teletrabajo.
- Invertir en formación de mujeres en carreras STEM y empleos digitales.
- Generar datos desagregados por género que permitan monitorear impactos reales.
El trabajo remoto y la automatización no son neutros. Si no se abordan con enfoque de género, podrían profundizar desigualdades históricas. Reconocer este riesgo es clave para construir un futuro laboral que incluya, en vez de excluir, a las mujeres en su diversidad.
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