Un día como hoy, el 17 de abril de 1919, nació Chavela Vargas, una artista cuya vida y obra marcaron un antes y un después en la música latinoamericana. Su historia es la de una cantante revolucionaria que no solo transformó el género ranchero, sino que también abrió camino a nuevas formas de libertad y resistencia, especialmente desde una mirada feminista. Hoy, te contamos por qué su legado sigue vigente y por qué, si aún no la conoces, este es el mejor momento para descubrirla.

Isabel Vargas Lizano, conocida mundialmente como Chavela Vargas, nació en Costa Rica, pero su destino estaba en México. A los 14 años se trasladó a este país, que se convirtió en su patria adoptiva y el escenario donde forjó su carrera como cantante. Desde joven, su espíritu rebelde y su talento innato la alejaron de los moldes tradicionales. Inició cantando en las calles, hasta que su voz profunda y su intensidad emocional la llevaron a los cabarets y más tarde a los grandes escenarios.
En los años 50, su amistad con el compositor José Alfredo Jiménez le abrió nuevas puertas. Sin embargo, Chavela Vargas nunca se limitó a ser una intérprete más. Rompió con las normas de género en la música ranchera: vestía con pantalones, portaba su famoso jorongo rojo y se negaba a adaptar las letras masculinas que cantaba. En una época donde el machismo dominaba la escena, ella cantaba al amor entre mujeres, convirtiéndose en una artista revolucionaria en todos los sentidos.
El retiro, el regreso y la consagración
Durante los años 70, Chavela Vargas se retiró debido a problemas de salud derivados del alcoholismo. Sin embargo, regresó con fuerza en los años 90, actuando en espacios icónicos como el bar El Hábito en Coyoacán. A los 83 años, debutó en el Carnegie Hall de Nueva York gracias al impulso del cineasta Pedro Almodóvar, quien la consideraba su musa.
En 2002, se declaró abiertamente lesbiana en su autobiografía, convirtiéndose en símbolo de resistencia y libertad para la comunidad LGBTQ+. Su autenticidad la posicionó como referente cultural, más allá de la música.
Un legado de Chavela Vargas sigue vivo
Chavela Vargas falleció en 2012, pero su influencia permanece. En 2024, se erigió una escultura en su honor en la Plaza Garibaldi de Ciudad de México, y en 2025, su vida llegó al teatro en Madrid, reflejando la potencia de su legado. Más que una cantante, fue una voz contra las normas impuestas, una figura clave para entender el poder del arte como herramienta de transformación social.
Hoy la recordamos no solo como una artista excepcional, sino como una mujer que vivió y cantó con verdad. Y eso, en un mundo que castiga la diferencia, es profundamente revolucionario.
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