¿Quién fue esa mujer que, sin grandes escándalos ni titulares ruidosos, brilló junto a los grandes del cine mudo y luego eligió el silencio? Hoy, 24 de abril, recordamos el nacimiento de Marceline Day, una figura clave del Hollywood de los años 20, cuya carrera nos invita a reflexionar sobre el papel de las mujeres en la historia del cine y cómo, muchas veces, sus contribuciones quedan en segundo plano.

Nacida como Marceline Newlin en 1908, en Colorado Springs, Marceline Day creció en Utah junto a su hermana mayor, Alice Day, también actriz. Inspirada por ella, comenzó su carrera en el cine con un pequeño papel en “Picking Peaches» (1924). Poco a poco, la joven actriz fue construyendo una trayectoria sólida, primero en comedias junto a Harry Langdon y luego en papeles más complejos y dramáticos.
Marceline Day: Un rostro de la era dorada del cine mudo
Su talento no pasó desapercibido. En 1926, Marceline fue seleccionada como una de las “WAMPAS Baby Stars”, un reconocimiento que auguraba una carrera prometedora. Ese mismo año compartió pantalla con John Barrymore en “The Beloved Rogue» y luego se destacó en “London After Midnight» (1927), una cinta de terror dirigida por Tod Browning, hoy considerada de culto. Su participación en “The Cameraman» (1928) junto a Buster Keaton también la consolidó como una actriz versátil, capaz de combinar sensibilidad, gracia y humor físico.
A diferencia de muchas actrices de su época, Marceline Day logró hacer la transición al cine sonoro, pero no sin obstáculos. Durante los años 30, apareció principalmente en westerns de bajo presupuesto, hasta que decidió retirarse en 1933, con tan solo 25 años. Su última película fue The Fighting Parson.
Una vida lejos del foco, pero no del legado
Después de dejar el cine, Marceline Day optó por una vida privada. Falleció en 2000 a los 91 años, sin hijos y con pocas entrevistas que documenten su paso por Hollywood. Sin embargo, su presencia en películas clave del cine mudo y su capacidad para sostener una carrera breve pero influyente la convierten en una figura imprescindible.
Hoy, en su aniversario, recordamos a Marceline, no solo como actriz, sino como una mujer que navegó las exigencias de una industria marcada por estándares de belleza y silencios impuestos. Su historia nos recuerda que muchas pioneras del cine merecen volver al centro de la conversación.
Sigue leyendo:
| Shirley MacLaine: talento, activismo y espiritualidad en una sola mujer
| Las autoras pioneras que contaron el mundo antes del feminismo