¿Cómo puede una artista conquistar Hollywood, desafiar las convenciones sociales y, al mismo tiempo, cuestionar las verdades espirituales del mundo? Un día como hoy, 24 de abril de 1934, nació Shirley MacLaine, y su vida sigue siendo una respuesta poderosa a esa pregunta.

Shirley MacLaine, nacida en Richmond, Virginia, inició su carrera como bailarina y actriz en Broadway. No pasó mucho tiempo antes de que el cine la descubriera: en 1955 debutó en la gran pantalla con «The Trouble with Harry», dirigida por Alfred Hitchcock. Ese fue solo el comienzo de una filmografía que incluiría clásicos como “Some Came Running» (1958), «The Apartment» (1960) y «Terms of Endearment» (1983), por la que obtuvo el Premio Óscar a Mejor Actriz.
El estilo de la actriz se caracteriza por una mezcla inusual de humor, sensibilidad emocional y fuerza, cualidades que la llevaron a ser reconocida con premios como el BAFTA, el Emmy y seis Globos de Oro.
Una artista comprometida con las causas sociales
Más allá del cine, la actriz y activista se destacó por su fuerte compromiso político y social. Durante los años 60 y 70, Shirley participó activamente en campañas presidenciales, apoyando a figuras como Robert F. Kennedy y George McGovern. En plena guerra de Vietnam, no dudó en alzar la voz contra la violencia, y también fue una firme opositora de la pena de muerte.
Como defensora de los derechos civiles y de las mujeres, MacLaine utilizó su fama para apoyar causas feministas y progresistas, aportando no sólo visibilidad sino también una visión crítica desde su lugar en la industria del entretenimiento.
Espiritualidad y reflexión: otra dimensión de Shirley MacLaine
En los años 80, la artista se volcó hacia la espiritualidad y se convirtió en una figura influyente del movimiento New Age. Sus libros, como “Out on a Limb” y “Dancing in the Light», abordan temas como la reencarnación, la vida extraterrestre y la búsqueda interior, generando tanto interés como controversia.
Hablar de Shirley MacLaine es hablar de una mujer que desbordó los límites de lo esperado: no solo brilló como actriz, sino que dejó huella como pensadora libre y activista comprometida. Su vida es un recordatorio de que el arte puede ser vehículo de conciencia social y espiritual.
Y tú, ¿sabías que detrás de cada una de sus actuaciones hay también una declaración de principios? Shirley MacLaine no solo actuó en películas. Actuó sobre el mundo.
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