Clara Brugada, jefa de gobierno de la Ciudad de México, anunció la construcción de viviendas, siendo éstas más de 5 mil, y la medida de no permitir construcciones en zonas de conservación.

“Para el gobierno de la Ciudad de México, la vivienda es un derecho humano”, así menciona Inti Muñoz, secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda. La jefa de gobierno hizo énfasis en que este derecho no se limita a tener un techo sobre la cabeza, también se debe contar con los elementos necesarios para asegurar la mejor calidad de vida. Por esto, iniciará la construcción de viviendas a través de una estrategia que cuida de las zonas verdes y protegidas.
El aumento de presupuesto hizo posible esta iniciativa, ya que de ser 4 mil millones pasó a ser de 9 mil millones. Clara Brugada afirmó que las 200 acciones en favor del derecho a la vivienda están en marcha y se harán durante su administración. Esta estrategia tiene también un trasfondo ambiental.
La construcción de viviendas en favor del ambiente y las personas mexicanas
La jefa de gobierno capitalino ha destacado que esta iniciativa de construcción de viviendas no solo tiene como objetivo proporcionar hogares dignos y asequibles, sino también preservar el medio ambiente. Al garantizar que los ciudadanos tengan acceso a viviendas adecuadas, se reduce la presión sobre las zonas de conservación, cerros y zonas verdes, que a menudo son invadidas por personas desesperadas por encontrar un lugar donde vivir.
Además, la construcción de viviendas en zonas estratégicas de la ciudad tiene un impacto positivo en la calidad de vida de los habitantes. Al reducir los tiempos de traslado, se mejora la movilidad y se brinda a las personas más tiempo para dedicarlo a sus familias, trabajos y actividades recreativas. Esto se traduce en una mayor productividad, bienestar y cohesión social.
Otro aspecto importante, es que la política establecida combatirá el gran problema de la gentrificación. Clara Brugada expresó su preocupación e interés en integrar a las cientos de mexicanos en sus colonias, eliminando la segregación de numerosas familias que se ven en la necesidad de migrar a la periferia a viviendas cuya falta de agua reduce su precio.
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