¿Es posible educar en la equidad de género mientras las redes sociales reproducen estereotipos todo el tiempo? Esta pregunta es más común de lo que parece y toca un punto clave en la crianza contemporánea. La respuesta no es simple, pero sí urgente: entender el impacto digital es esencial si queremos formar personas empáticas, libres y críticas desde la infancia.

La crianza con equidad de género busca eliminar los roles impuestos por el género desde las primeras etapas del desarrollo. No se trata sólo de evitar colores “de niño” o “de niña”, sino de abrir espacios para que cada menor explore quién es, qué le interesa y cómo quiere vincularse con el mundo.
Esto implica prácticas concretas: repartir las tareas del hogar sin distinción, evitar juguetes que refuercen estereotipos, fomentar el pensamiento crítico y promover el respeto por la diversidad. En otras palabras, una crianza equitativa no pretende que niñas y niños sean iguales, sino que tengan las mismas oportunidades para desarrollarse.
¿Cómo influyen las redes sociales?
Las redes sociales son parte del entorno cotidiano de niñas, niños y adolescentes. Pueden ser herramientas poderosas para visibilizar historias de igualdad y modelos diversos. Pero también pueden reforzar estereotipos, sexualizar la infancia, o incluso difundir desinformación que va en contra de los valores de una educación equitativa.
Basta con ver cómo ciertos contenidos virales replican ideas de masculinidad hegemónica o femineidades estéticas imposibles. La falta de filtros en el acceso a estos mensajes puede contradecir directamente los esfuerzos que hacemos desde una crianza con equidad de género.
¿Qué se puede hacer por la crianza con equidad de género?
El acompañamiento es la clave. Supervisar no significa controlar, sino estar presentes: conversar, escuchar, y ayudar a interpretar lo que ven y consumen en línea. Algunas acciones concretas:
- Educación digital: enseñar a distinguir fuentes confiables y a cuidar su privacidad.
- Promover contenido positivo: compartir perfiles, libros o videos que refuercen la equidad.
- Fomentar el diálogo crítico: ¿qué representa este personaje? ¿Por qué se dice eso sobre las niñas o los niños?
La crianza con equidad de género no puede hacerse en aislamiento. Necesita una mirada crítica del entorno digital y una comunidad comprometida con una educación equitativa. Las redes sociales no son el enemigo, pero sí requieren vigilancia y orientación.
En definitiva, criar desde la equidad en tiempos digitales es un reto, sí. Pero también una oportunidad: la de formar personas más libres, más justas y más conscientes del mundo que habitan. Y eso, sin duda, vale el esfuerzo.
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