¿Por qué una niña no puede jugar con herramientas y un niño no debería llorar? Estas reglas invisibles comienzan a moldear la vida de millones de infancias desde sus primeros años. Lo que parece inofensivo –un color, un juguete, un comentario– tiene consecuencias profundas. En este Día del Niño y la Niña, te invitamos a mirar más allá de la celebración comercial y preguntarnos: ¿cómo afectan los estereotipos de género al desarrollo infantil?

Los estereotipos de género son creencias rígidas sobre cómo deben comportarse niñas y niños según su sexo asignado al nacer. Desde la ropa hasta los juegos, estos mandatos sociales limitan el potencial de desarrollo. La UNICEF advierte que “los estereotipos de género son aprendidos a edades tempranas y refuerzan desigualdades”.
Por ejemplo, a las niñas se les alienta a ser obedientes, delicadas y cuidadoras. A los niños, a ser fuertes, competitivos y líderes. Estos mensajes se transmiten a través de la familia, la escuela, los medios y la publicidad.
Las consecuencias de crecer con estereotipos de género rígidos
Los roles de género impuestos desde la niñez no solo restringen la libertad de juego y expresión, también influyen en la salud mental, el rendimiento académico y la elección de futuro profesional.
Un estudio de 2019 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que los estereotipos afectan negativamente la autoestima de las niñas desde los seis años, momento en que comienzan a considerarse “menos inteligentes” que los niños. En el caso de los varones, se les desincentiva a expresar emociones, lo que puede generar dificultades para pedir ayuda o establecer vínculos empáticos.
Educar en libertad: una responsabilidad colectiva
Crear infancias libres de estereotipos de género implica revisar nuestras propias creencias y prácticas. Algunas estrategias clave incluyen:
- Ofrecer juguetes diversos, sin clasificarlos por género.
- Evitar frases como “eso no es de niñas/niños”.
- Fomentar la expresión emocional y el respeto a la diferencia.
- Visibilizar modelos diversos de liderazgo, cuidado y éxito.
Desde el hogar, las escuelas y los medios, podemos promover una crianza basada en la equidad. Iniciativas como la Guía de Crianza con Perspectiva de Género brindan herramientas para acompañar este proceso. Más allá de los regalos, este día debe servir para reflexionar sobre los derechos de niñas y niños a desarrollarse plenamente, sin las limitaciones que imponen los estereotipos y los roles de género tradicionales.
Uno en el que cada infancia tenga la libertad de ser quien es. Este Día del Niño y la Niña, abramos la conversación y asumamos el compromiso. Porque educar sin estereotipos no es una opción: es una necesidad para la equidad real.
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