¿Sabías que el 75% de las personas defensoras de derechos humanos han experimentado estrés extremo debido a su activismo? Estos datos fueron presentados en 2023 por la fundación Front Line Defenders. Luchar por la justicia social es una labor esencial, pero el desgaste emocional es una realidad innegable. Si no se prioriza el autocuidado, la salud mental en el activismo puede verse gravemente afectada.

Poco se habla de la importancia del cuidado de la salud mental en el activismo. La lucha social, por su naturaleza, implica una exposición constante a situaciones de violencia estructural, amenazas directas e indirectas, y un desgaste emocional significativo. Estas experiencias pueden tener un impacto profundo en la salud mental de los activistas. Un estudio reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022) subraya que la exposición prolongada a situaciones de alto estrés, como las que frecuentemente enfrentan los activistas, puede aumentar considerablemente el riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad, depresión y agotamiento crónico.
Es fundamental comprender que el bienestar mental de los activistas no es un asunto trivial o secundario, sino una prioridad urgente que debe ser abordada de manera integral y sistemática dentro de los movimientos sociales. Descuidar la salud mental de los activistas no solo pone en riesgo su bienestar individual, sino que también puede comprometer la eficacia y sostenibilidad de las luchas sociales que impulsan.
Estrategias efectivas para proteger la salud mental en el activismo
1. Establecer límites claros. Es fundamental aprender a decir «no» cuando sea necesario. Según la Asociación Americana de Psicología (APA, 2021), poner límites reduce el riesgo de agotamiento y mejora la salud emocional a largo plazo.
2. Construir redes de apoyo. El trabajo colectivo no solo fortalece las luchas sociales, sino que también protege el bienestar mental. Contar con espacios seguros para compartir experiencias y emociones ayuda a procesar la carga emocional del activismo.
3. Incluir el descanso en la agenda. El descanso no es una pausa en la lucha, es parte de ella. Un estudio de Harvard Medical School (2020) confirma que el sueño adecuado mejora la resiliencia emocional y la toma de decisiones.
4. Practicar técnicas de regulación emocional. La meditación, la respiración consciente y la escritura terapéutica han demostrado ser efectivas para gestionar el estrés y promover la salud emocional (Mindful.org, 2023).
5. Buscar apoyo profesional cuando sea necesario. La terapia psicológica es una herramienta válida y necesaria. Organizaciones como la Red Internacional de Psicólogos para Activistas brindan acompañamiento especializado para quienes enfrentan el desgaste emocional del activismo.
La lucha continúa, pero con bienestar
El activismo es una carrera de resistencia, no una de velocidad. Priorizar la salud mental en el activismo no significa abandonar la causa, sino fortalecerla desde la sostenibilidad. Implementar estrategias de autocuidado permite seguir luchando con energía, claridad y bienestar. ¿Estás listo para hacer de tu bienestar una herramienta de resistencia?
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