¿Por qué las secciones de juguetes aún están divididas en “niñas” y “niños”? ¿Por qué los cuentos les asignan siempre los mismos roles? Lo que parece una elección inocente es, en realidad, un reflejo de cómo la sociedad moldea a las personas desde la infancia. Lo preocupante es que esta reproducción de desigualdades ocurre a través de objetos cotidianos, muchas veces sin que lo notemos.

Desde los primeros años, niñas y niños están expuestos a productos que refuerzan ideas sobre qué deben ser y hacer. Los juguetes, la ropa y los cuentos no son neutrales: llevan mensajes que contribuyen a la reproducción de desigualdades y estereotipos de género.
Por ejemplo, un informe de Save the Children de 2022 advierte que los juguetes asignados a niñas promueven tareas de cuidado y belleza, mientras que los de niños fomentan la acción, la competencia y la tecnología. Esta clasificación temprana limita el desarrollo de habilidades en ambos géneros y perpetúa la brecha en áreas como ciencia y liderazgo.
En cuanto a la ropa, el diseño y los mensajes impresos también reproducen roles tradicionales. Según un estudio de 2018 de la Universidad de Sussex, la ropa infantil suele asociar a las niñas con pasividad (“dulce”, “princesa”) y a los niños con poder (“valiente”, “campeón”), reforzando la idea de que unos están para agradar y otros para actuar.
La narrativa de los cuentos: ¿quiénes protagonizan las historias?
Los cuentos infantiles también son un canal de reproducción de desigualdades. En muchas historias clásicas, las niñas aparecen como personajes secundarios, dependientes o rescatadas. Aunque hay avances en la literatura infantil con perspectiva de género, los contenidos más difundidos aún arrastran modelos sexistas.
Un análisis del Observatorio de Igualdad en la Cultura de 2021 revela que, en libros dirigidos a menores de 10 años, los personajes masculinos triplican en número a los femeninos. Esto envía un mensaje claro: las niñas tienen menos espacio para imaginarse como protagonistas de sus propias historias.
¿Qué podemos hacer contra la reproducción de desigualdades en la infancia?
Elegir productos que no refuercen estereotipos es un acto político. Algunas acciones cotidianas pueden hacer la diferencia:
- Ofrecer cuentos con personajes diversos y no sexistas.
- Evitar regalos que limiten las posibilidades según el género.
- Cuestionar los mensajes en etiquetas, anuncios y empaques.
La reproducción de desigualdades desde la niñez no es inevitable. Podemos construir nuevas narrativas que amplíen horizontes y no los reduzcan. La equidad comienza cuando les permitimos a niñas y niños imaginarse sin límites.
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