Se calcula que 1 de cada 10 mexicanas padece endometriosis. Sin embargo, la normalización de los síntomas como el dolor intenso, la violencia obstétrica y los prejuicios obstruyen la posibilidad de detección y tratamiento.

¿Sabías que la endometriosis afecta a 1 de cada 10 mujeres en México y que, a pesar de ello, el diagnóstico puede tardar hasta 11 años? Esta enfermedad no solo es una de las principales causas de dolor crónico y problemas de fertilidad en mujeres, sino que también está relacionada con otro fenómeno profundamente dañino: la violencia obstétrica. Acompáñanos a descubrir cómo estas dos realidades están interconectadas y qué se necesita para cambiar la historia.
Se trata de una enfermedad crónica que ocurre cuando el tejido similar al que recubre el útero crece fuera de él, provocando dolor intenso, sangrados irregulares y, en muchos casos, infertilidad. A nivel mundial, más de 190 millones de mujeres padecen esta enfermedad, pero en México, la situación es alarmante. La falta de información sobre esta enfermedad y el estigma que rodea al dolor menstrual contribuyen a que muchas mujeres reciban atención médica tardía o inadecuada. En promedio, el diagnóstico de la enfermedad se retrasa entre siete y once años, lo que intensifica el sufrimiento de las afectadas.
La Violencia Obstétrica: Un Obstáculo en el Tratamiento de la Endometriosis
Además del sufrimiento físico, las mujeres que la padecen a menudo se enfrentan a la violencia obstétrica. Este término hace referencia a las prácticas abusivas que ocurren en el ámbito de la atención médica, como la desestimación del dolor de las pacientes, procedimientos invasivos realizados sin el consentimiento informado o la falta de empatía y respeto por parte del personal médico. Las mujeres que buscan ayuda para manejar su enfermedad a menudo son ignoradas o maltratadas, lo que puede empeorar tanto su convalecencia como su bienestar emocional.
Es crucial sensibilizar al personal médico sobre este padecimiento y la violencia obstétrica, promoviendo un enfoque más empático y respetuoso. La educación sobre la enfermedad debe incluir tanto a profesionales de la salud como a la sociedad en general, para reducir el estigma y facilitar el diagnóstico temprano. Además, es urgente implementar políticas de salud públicas que garanticen un trato digno y sin violencia a todas las mujeres que buscan atención médica para este padecimiento.
La Necesidad de Apoyo para las Mujeres Afectadas por la Endometriosis
No es solo una enfermedad física; también tiene un impacto profundo en la salud mental y emocional de quienes la padecen. Crear espacios de apoyo, ya sea en forma de grupos de terapia, comunidades en línea o consultas especializadas, es fundamental para que las mujeres no enfrenten este desafío solas. La visibilidad y el acompañamiento emocional son herramientas clave para mejorar la calidad de vida de las afectadas.
Aumentar la conciencia sobre la convalecencia y la violencia obstétrica es una necesidad urgente. Solo a través de la educación, la empatía médica y la implementación de políticas de salud inclusivas se podrá garantizar que las mujeres afectadas por esta enfermedad reciban el trato digno y respetuoso que merecen. Si bien la lucha contra la endometriosis es larga y compleja, un cambio en la mentalidad de la sociedad y los profesionales de la salud puede hacer una diferencia significativa en la vida de millones de mujeres.
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