Imagina que llevas días sintiéndote agotada, pero cuando piensas en tomarte un respiro, la culpa aparece: «¿No estaré siendo egoísta?». Esta sensación es más común de lo que parece, especialmente en sociedades que han normalizado el sacrificio constante, sobre todo en mujeres y disidencias. Pero, ¿es realmente egoísmo priorizarte? Aquí te contamos cómo el autocuidado no solo es necesario. También es un acto de salud mental y resistencia.

¿Por qué sentimos culpa al priorizarnos? La culpa por el autocuidado proviene de mandatos culturales que asocian la valía personal con la entrega absoluta a los demás. Desde pequeñas, muchas personas han recibido el mensaje de que deben estar disponibles para otras en todo momento. Esto genera una percepción errónea: atenderse a una misma significa descuidar a otros.
Sin embargo, la realidad es otra. Cuidarnos no nos hace menos responsables ni menos comprometidas con nuestro entorno; al contrario, nos permite estar en mejores condiciones para relacionarnos desde la plenitud y no desde el agotamiento.
El autocuidado como un derecho
El priorizarse no es un lujo ni un capricho, sino una necesidad básica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo reconoce como un pilar fundamental para el bienestar físico y mental. Incorporar prácticas de cuidado personal nos ayuda a reducir el estrés, fortalecer la autoestima y mejorar nuestra calidad de vida.
Cómo establecer límites sin culpa
Para que el cuidado de una misma sea efectivo, es clave establecer límites saludables. Algunas estrategias incluyen:
1. Identifica qué necesitas. Pregúntate: ¿Qué actividades me hacen sentir bien? ¿Cuáles son mis necesidades emocionales y físicas?
2. Aprende a decir «no». Decir «no» a peticiones que te sobrecargan no te hace una mala persona. Comunícalo con firmeza y sin justificaciones excesivas.
3. Dedica tiempo a ti misma sin excusas. Programa momentos de descanso o placer en tu rutina y respétalos como lo harías con un compromiso importante.
4. Rodéate de personas que respeten tus límites. El entorno influye en nuestra percepción del cuidado personal. Busca relaciones que validen tus necesidades.
Cuidado personal sin culpa
Priorizarte no es egoísmo, es un acto de resistencia en un sistema que históricamente ha exigido que las mujeres se pongan en segundo plano. Romper con la culpa implica desafiar mandatos patriarcales y reconocer que el autocuidado no es un lujo, sino un derecho. La próxima vez que dudes en tomarte un respiro, recuerda: no puedes sostener a los demás si te han enseñado a descuidarte a ti misma. ¡Reclama tu tiempo, tu espacio y tu bienestar sin culpa!
Sigue leyendo:
| El burnout en las mujeres: Cómo el machismo afecta la salud mental y física